Amarres. La pérdida de la gestión de los amarres del Moll de Llevant fue un varapalo para la entidad - Archivo

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El Club Marítimo de Mahón inició ayer, con la apertura del plazo de presentación de candidaturas, el proceso electoral para renovar la junta directiva, tal y como anunció el pasado mayo el actual presidente de la entidad, Fernando Rita, pese a no haber concluido el actual mandato.

El periodo de presentación de candidatos finalizará el próximo 9 de noviembre y 72 horas después, el día 12, se celebrará en la sede del club la asamblea general extraordinaria. Tras la constitución de la mesa electoral y la intervención de los candidatos, tendrá lugar la votación y el escrutinio posterior del que saldrá el nuevo presidente y su equipo.

La comisión electoral está formada por José Luis Campos Pascual como presidente, Magdalena Mesquida Soler como secretaria, y los vocales Inma Bagur Pallicer y Pere Triay Humbert.

Las elecciones en el Club Marítimo llegan en un momento económico delicado para la entidad, una situación que comenzó con la pérdida de la gestión de los amarres del Moll de Llevant, en 2008, y que este año, el pasado mayo, recibió otro golpe con la sentencia que obligó a readmitir al gerente Ignacio Marra, al no poderse permitir el club el pago de la indemnización por el despido. La reincorporación de Marra motivó el anuncio del presidente, Fernando Rita, de la convocatoria de elecciones para renovar la directiva en otoño; al mismo tiempo Rita consideraba que la junta actual no podía seguir "con este escenario" y se necesitaban nuevos responsables y otro "planteamiento" para el club, pese a reconocer su desilusión por no concluir el mandato y completar el programa de actuaciones previsto.

La convocatoria electoral se retrasó al otoño para que el club pudiera concluir sus proyectos estivales, el más destacado la Regata Panerai.

Entre los intereses futuros del Club Marítimo de Mahón está la recuperación de los amarres cuya gestión fue adjudicada por Autoridad Portuaria a la empresa Trapsa Yates en octubre de 2008, una decisión que la entidad recurrió ante los tribunales. En diferentes ocasiones Rita ha señalado que la recuperación de dicha gestión supone asimismo recuperar parte de la historia de la entidad. Dicho interés se sustenta en el proceso de desinversión que Trapsa ha llevado a cabo en las otras islas, aunque la firma desmintió este verano los rumores de un posible traspaso de los amarres.

Asimismo el Club Marítimo tiene también entre sus expectativas lograr la gestión de amarres en Cala Figuera, para dar respuesta a la demanda de barcos de pequeña eslora y continuar con su actividad de promoción de la práctica deportiva.