Anna-Maria Pons no esperó al lunes para poner fin a su calvario particular en el grupo municipal del PSOE y ayer mismo se personó por la mañana en la Prefectura de la Policía Local para que dieran registro de entrada a su carta de dimisión. La espoleta, el enésimo enfrentamiento con el sindicato Comisiones Obreras en la mesa de negociación de la Policía Local, y, en especial, las palabras del delegado de este sindicato, Ramon Silvela, acusando a la edil del PSOE de carecer de ética.
El escrito registrado por Pons Capella deja claros, una vez más, los motivos de su renuncia, que ahondan en el distanciamiento que desde hace meses venía experimentando respecto al grupo municipal, y, muy en especial, respecto a la alcaldesa, Pilar Carbonero, y al cuarto teniente de alcalde, Vicente Fontestad.
En el escrito, del que ayer se dio cuenta en la ejecutiva local del partido, Anna-Maria Pons justifica su decisión de abandonar el acta de concejal ante "la falta de relaciones adecuadas políticas y humanas", la "falta de confianza mutua", "las continuas manifestaciones de que fallan las formas" –realizadas por la alcaldesa, y que han escocido, y mucho, en el interior de la edil socialista- y "la falta de apoyo a mi gestión como regidora". Nada nuevo que no se dejara entrever en su renuncia a la delegación de Gobernación y después en su renuncia a seguir desempeñando sus cargos orgánicos en el PSOE.
Ahora la edil expresa su "firme convicción" de que el grupo municipal del PSOE "estará más a gusto sin mi presencia". Y acaba con una frase para la reflexión: "El camí vers la veritat és estret, i vas tot sol".
Según confirmó la alcaldesa de Ciutadella, Pilar Carbonero, en declaraciones a "Es Diari", la baja de Pons Capella deberá ser cubierta, en principio, por la siguiente en la lista, la independiente Beatriz Lapiedra Zamora. Si rechazara el envite, el turno correspondería a Antonio Bagur o, en su defecto, a Ana Vila.
Sobre la dimisión de su hasta ayer compañera de gobierno, la alcaldesa aseguró sentirse "muy agradecida a la labor que ha desarrollado Anna-Maria Pons como regidora".
"Una persona que dedica todos sus esfuerzos a desempeñar un cargo público como éste merece todos los reconocimientos", dijo, no sin recordar que a Pons Capella "le ha correspondido llevar carteras muy complicadas".
Carbonero añadió que "se han hecho esfuerzos para intentar que Anna-Maria Pons se sintiera más cómoda en el grupo municipal, pero finalmente esto no ha sido posible".
La alcaldesa insiste que "las únicas diferencias con esta edil han sido de 'tempo', porque tanto en el fondo como en los objetivos el acuerdo ha sido total". Para Carbonero, "los pasos, más que rápidos, deben ser sólidos. A veces hace falta más concertación, y eso no siempre es sencillo de conseguir".
"Todos estamos aquí –insistió la alcaldesa- para prestar un servicio público". Expresó, por último, su más firme convicción que el proceso que ha desembocado en la dimisión de Anna-Maria Pons no ha sido el resultado de una estrategia deliberada de la edil para preparar un hipotético desembarco en UPCM en los comicios de 2011.
Interrogada, finalmente, sobre si la dimisión de Pons Capella puede pasar factura al PSOE en las elecciones, Carbonero fue rotunda al asegurar que "de lo último que se habla ahora en el partido es de eso". En tanto no se redistribuyan las delegaciones que asumía hasta ahora la edil socialista, las competencias de Policía Local, Movilidad y Plan E pasarán a manos de la alcaldesa.
Carbonero dijo que hasta la semana que viene no se plantea tomar una decisión puesto que el tema debe hablarse primero con los ediles del grupo municipal que no pertenecen a la ejecutiva y con el PSM.
A tenor de lo expresado ayer a este diario por Maite Salord, los nacionalistas no pondrán, en principio, exigencias. "El reparto de las áreas municipales es el que es. Son las áreas del PSOE y es él quien debe tomar las decisiones", señaló la edil del PSM.
El portavoz de UPCM, Joan Triay, lamentó, por su parte, la decisión de Pons Capella de dimitir y expresó su "comprensión" hacia la edil, de la que dijo "no ha recibido el apoyo de su partido ni del grupo municipal por practicar, muchas veces, una política clara y diáfana, como se ha visto con la ordenanza de ocupación de la vía pública y con la negociación de la policía".
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