Un camión grúa descarga las piezas de hormigón en la zona del muelle - Javier

TW
0

La empresa Servisub trabaja ya en la instalación de los fondeos de la playa de Es Grau, con un equipo de cuatro buzos que ha comenzado por colocar los veintitrés amarres en rueda que están destinados a los barcos de mayor eslora y que se encuentran en la bocana de la cala.

Sebastián Servera, representante de la firma, explicó ayer que, tras la señalización de toda la cala por parte de un topógrafo, la colocación de los lastres –piezas de hormigón con un peso mínimo de 250 kilogramos para los barcos más pequeños, los de 4 metros de eslora– avanza al ritmo previsto.

La superficie del mar aparecerá limpia a simple vista, salvo las siete boyas ya instaladas para uso de los pescadores, que permanecerán durante todo el invierno, ya que los lastres y boyarines de fondo que ahora coloca Servisub no sobresalen de la lámina de agua, sino que se encuentran sujetos a metro o metro y medio de los pesos muertos y no son obstáculo para la navegación.

La instalación de los fondeos ha comenzado por la zona exterior de la cala para aprovechar las buenas condiciones meteorológicas del final del verano y de estos primeros días de otoño, en previsión de que los trabajos se trasladen hacia el interior cuando comience el mal tiempo y las tareas sean más dificultosas.

En el caso de que los temporales muevan o entierren algún fondeo, su señalización mediante los boyarines permitirá localizarlos y recolocarlos de nuevo, señaló el responsable de Servisub.

La ordenación total de los fondeos y amarres de Es Grau se apreciará en la superficie el próximo mes de mayo, cuando se instalen las boyas, las pasarelas y el pantalán flotante, explicó el vicepresidente de la Asociación de Usuarios de Amarres del núcleo de Maó, Juan Pons Riera, quien informó de que el presupuesto de las obras ronda los 200.000 euros.

En total se crean 221 puntos de fondeo con estos lastres de hormigón, salvo en el caso de tres barcos de 12 metros de eslora que requieren dos bloques cada uno. En cuanto a las pasarelas en tierra, serán de madera y desmontables; una se instalará en el muelle antiguo de la cala y otra en la zona del restaurante Tamarindos. Por otro lado, en Cala Tap se colocará un pantalán flotante de 12 metros de longitud, destinado al embarque y desembarque, así como a punto de carga de combustible. Los trabajos de colocación de los lastres comenzaron el pasado día 16, tras la limpieza de la cala por parte de vecinos y voluntarios, y se espera que concluyan a finales de noviembre.