"La rebeldía de los adolescentes se puede combatir con sonrisas"

¿Cómo surgió lo de trabajar como conserje en el instituto?

Yo estaba trabajando en una fábrica de zapatos, pero tuvo que cerrar. Por aquel entonces salieron oposiciones para el puesto de conserje y las aprobé. Es algo que me viene de familia porque mi padre ya era conserje en el Instituto Josep Maria Quadrado, de hecho, fue él quien me avisó de la oportunidad. Me gusta mi trabajo porque hay buen ambiente y respeto.

Dicen que, en ocasiones, tratar con adolescentes puede ser complicado, ¿es eso cierto?

Los conserjes atendemos a profesores, padres y alumnos y los orientamos según lo que soliciten. Tengo buen trato con los chicos del instituto. Algunos me cuentan sus cosas y, por ahora, no le encuentro ningún problema. Creo que la rebeldía que puedan tener muchas veces se resuelve con una sonrisa.

Habiendo estado en el mismo puesto de trabajo durante 20 años, ¿considera que los problemas actuales de los alumnos son similares a los de antes?

Creo que son más o menos los mismos, quizá ahora están más espabilados. Hay alumnos que son tozudos por naturaleza y en cada época te encuentras con el grupo de turno que da la nota pero, teniendo en cuenta que son casi 700 estudiantes, son una minoría no problemática. Por lo demás, lo que sí he notado es algo más de masificación. Antes podía haber 40 profesores, ahora hay 98. También llama la atención la mezcla de nacionalidades, pero existe una buena relación.

¿Qué hay acerca de su pasión por los animales?

La he tenido desde siempre porque lo he vivido en mi familia. Hace bastantes años, empecé a hacerme cargo de los gatos de mi alrededor e intentaba buscarles un hogar. Puse un cartel en una tienda con el objetivo de conocer a personas que estuvieran interesadas en esta labor. Fue así como contacté con la antigua presidenta de la Asociación de Animales de Ciutadella y decidimos reorganizar la entidad.

Hace seis años que es presidenta de la asociación, ¿qué actividades están llevando a cabo?

Somos unos 80 socios y tenemos el local en la calle Gustavo Mas, número 120. Nos ocupamos de fomentar las adopciones, de concienciar a la población sobre los derechos de los animales, algo que es muy necesario, entre otras cosas. Cada sábado por la mañana ponemos una mesa informativa y de venta en Ses Voltes.

¿Qué le gustaría hacer en un futuro?

Mi ilusión sería que Ciutadella pudiese contar con un refugio en condiciones para animales abandonados, donde tuvieran un hogar. Ése es mi objetivo, sin duda, mi proyecto de vida.