Ayer se puso en marcha el nuevo proyecto - Anna

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Las obras de reforma del vial entre las plazas de España y del Príncep empezaron en la tarde de ayer y se prevé su finalización para Navidad. El pasado lunes ya se cerró la circulación de vehículos en este tramo. Estas obras corresponden a uno de los proyectos de la Ley de Barrios del Ayuntamiento de Maó, que cuenta con un millón de euros destinado a su ejecución. Es el mayor presupuesto para un municipio de Balears.

Las restricciones impiden el tráfico rodado en este tramo durante el tiempo que duren los trabajos. Desde el Portal de Mar se puede circular por Sa Costa de ses Voltes, y tanto desde la calle Anuncivay como desde la del Carme de momento se puede acceder a la Plaça Miranda. Será en noviembre cuando el cruce entre Anuncivay y el Camí des Castell quedará cerrado.

Rafael Le-Senne, responsable de la Policía Local, considera que "no afecta mucho, sólo hasta que la gente se acostumbre, porque circulando por otras calles se puede evitar". Para algunos comerciantes del Camí des Castell, la afectación de estas obras es ahora una incógnita, aunque mientras no corten el acceso a su calle están tranquilos. Otra comerciante de la Plaça del Príncep, en cambio, está convencida que durante estos meses "no va a venir nadie, como en toda calle que hacen obras". Acepta que es un hecho consumado y que no puede hacer nada al respecto, pero sabe que el polvo, el ruido, el peligro, y todas las dificultades que implica esta reforma evitarán que la gente pasee por allí. Lo único que espera es que "me guste el resultado y que compense las molestias".

La encargada de otra tienda confía en la fidelidad de sus clientes, y espera que se habiliten accesos a los comercios. El responsable de otro establecimiento está totalmente a favor de esta mejora porque asegura que "las ventas son una cuestión de probabilidad; cuanto más gente pasa, más opciones tienes, y un espacio peatonal ayudará. Además, las fechas son buenas y habría sido diferente que hubieran empezado en plena temporada turística".

Los comerciantes del Mercat cuentan con que sus clientes dejarán igualmente el coche en el aparcamiento que construyeron debajo de éste para su comodidad. Los propietarios de los establecimientos de Sa Ravaleta están preocupados porque sólo quedará una vía a motor directa a su zona, y saben que los clientes están muy acostumbrados a llegar hasta el centro en coche. Uno de los restauradores comenta que "mucha gente no viene al centro de Maó porque no hay aparcamiento; ahora, aún vendrán menos". Y añade que "un millón de euros los gastaría en otras cosas más necesarias, como la restauración de algunas paredes que se caen, porque esta reforma puede ir bien pero no es esencial". Además, "antes de cerrar por obras hay que habilitar aparcamientos, porque ni los que venimos a trabajar podemos estacionar".

Otra dependienta explica que le parece bien que se intente recuperar el público en el centro del municipio, pero cree que esto no mejorará la conexión entre tendero y cliente, que "se perdió hace muchos años". Acorde con esta idea, uno de los panaderos de la zona comenta que el público prefiere coger el coche e ir a grandes superficies. Otra comerciante afirma que la tarde de ayer ya la notó más floja; disminuyeron mucho las ventas respecto al día anterior. La mayoría de viandantes no se había enterado del proyecto pero imagina que será incómodo mientras no esté terminado, porque sólo el ruido de la obra era ensordecedor.