Autocares Torres ha tenido que trasladar a uno de los choferes que realizaba la línea entre Ciutadella y Cala en Blanes a otra ruta. El motivo: los más de diez pasos sobreelevados que el autobús tiene que superar en cada trayecto empeoraban sus problemas de espalda. No ha sido el único problema de salud en esta línea, después de que dos viajeros presentaran reclamación por contusiones en las cervicales por el movimiento del autobús al tener que enfrentarse a los badenes.
Los conductores consultados afirman que al encontrarse ante un paso sobreelevado no tienen más remedio que casi parar el autobús para superar el obstáculo. A pesar del cuidado que ponen, el desnivel provoca un movimiento brusco en los grandes vehículos. El presidente de ASTRAME, Joaquín Bisbal, afirma que la patronal del transporte lleva años denunciando ante el Consell y los ayuntamientos los perjuicios que generan los reductores de velocidad instalados en los núcleos urbanos y carreteras de la Isla y reclama su rectificación.
El vicepresidente, Antoni Vidal, señala que el Consell ha suavizado algunos pasos sobreelevados de la red viaria, pero persisten algunos puntos conflictivos, y pide a la administración medidas para corregir los desniveles. La patronal también denuncia, como otro perjuicio, el aumento de las averías en la suspensión de los vehículos.
En verano, los autobuses discrecionales, los autocares de transporte regular y transportistas padecen a diario las consecuencias al tener que transitar, por ejemplo, por la carretera de Cala en Blanes y por el interior de la urbanización, y en la carretera de Binidalí a Binisafúller, dos viales plagados de pasos sobreelevados sin corregir.
Comentan que estos reductores de velocidad son alegales, porque las administraciones los han ido colocando al libre albedrío al no existir marco legal. No obstante, según fuentes del sector, el Ministerio de Fomento ha aprobado una normativa aplicable a todas las carreteras del Estado que recomienda unas medidas y una forma más redondeada para los pasos sobreelevados con el objetivo de que el borde de ataque no sea tan brusco para los vehículos. Hay dos tipos de reductores de velocidad: los pasos sobreelevados y las bandas de caucho de color negro y amarillo. La patronal dice que son impedimentos en la calzada que perjudican la seguridad de vehículos, conductores y pasajeros.
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