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Autoficha. Me llamo Tonia Pérez y tengo 60 años. Estoy licenciada en Enfermería y en Bellas Artes, las dos me apasionan, aunque la segunda la tengo ahora mucho más viva que la primera. Estoy casada y tengo dos hijos que residen en el extranjero; me gusta viajar y aprovecho para verlos. La familia de mi padre es menorquina; yo vivo en Valencia, pero me siento de aquí.

Es enfermera, pero acaba de licenciarse en Bellas Artes, ¿cuándo empezó su interés por la pintura?
Pintar siempre ha sido mi afición, he hecho cursos en distintas escuelas, pero entré en esta carrera universitaria cuando me di cuenta de que a través de la pintura podía descubrir algo más de mí misma, y el porqué de muchas cosas.

¿Qué le ha aportado esta licenciatura?
Profesionalidad. Ha sido un aprendizaje de visión muy amplia; además de pintura, hemos estudiado escultura y grabado, y puedo valorar más cosas.

¿Qué le proporciona pintar?
Abro un mundo interior muy fuerte. Me quedo con el recuerdo de un momento, de una vivencia, de un sentimiento: lo medito, le voy dando forma en mi mente, y lo expreso a través de la pintura.

¿Cuál es su estilo artístico?
Me atrae la cultura oriental; tengo una hija adoptada de China, he estado allí, y utilizo su técnica de gestos y grafismos, con mezclas de colores. No dibujo lo que tengo delante, sino que plasmo mi interior; cada cuadro es un trozo de mí.

Podemos encontrar algunas de sus obras en la galería Bini-art del puerto de Maó, y hasta ahora han estado expuestas en los Fosquets d'Art de Ferreries. ¿Las había mostrado al público anteriormente?
Una vez iniciada la carrera de Bellas Artes, empecé a presentarme a concursos, y en Valencia he participado en exposiciones colectivas.

¿Qué respuesta recibe de sus espectadores?
Me siento muy acogida, sobre todo en Menorca. Los profesores de la facultad confiaban en mí, y ahora las galerías y la gente de la calle me anima a que siga creciendo artísticamente; esto me ayuda, me da confianza y puedo dar más valor a mi arte.

¿Se dedicaría exclusivamente a la pintura?
Si pudiera, sí, me encantaría, aunque es difícil, y en Valencia muy competitivo. Cuando me jubile, presiento que voy a poder estar en Menorca; y aquí se me abre la posibilidad de hacerme un hueco dentro del arte.

Por ahora, ¿qué lugar va a ocupar la pintura en su vida?
Voy a seguir trabajando como enfermera; hace veinte años que es mi profesión y siempre me ha gustado, aunque con la pintura está quedando en un segundo término. Este nuevo curso voy a seguir estudiando en la Universidad de Valencia, en la misma Facultad San Carlos, donde voy a realizar un máster en Pintura.

Igualmente, ¿la veremos por la Isla?
Por supuesto; estoy reformando una casa en Maó y tengo un apartamento en Addaia.