Varios restaurantes de la zona de Ses Voltes de Ciutadella han expresado su malestar al Ayuntamiento por la escasa iluminación que, en su opinión, existe en pleno casco antiguo de la ciudad. Los restauradores critican que el Consistorio apague el alumbrado público a las doce de la noche, hora en que, aseguran, muchas mesas siguen llenas. En cuanto se apagan las luces públicas, los restauradores aseguran que se acaban las posibilidades de ocupar mesas y, por tanto, de hacer negocio.
Estos empresarios se han dirigido al Ayuntamiento, y dicen haber recibido como respuesta que se trata de una medida de austeridad. Ante esta información, los restauradores se quejan de que esta decisión perjudica su día a día, y así la economía menorquina.
Por su parte, el concejal de Servicios Municipales, Josep Mascaró, responde a las críticas asegurando que "no hay menos luz que el verano pasado, sino que está en marcha la misma iluminación de siempre más otra nueva hasta las doce de la noche. Cuando se apaga la nueva, queda encendida la otra, con lo cual nunca dejamos a oscuras la vía pública". Mascaró explica que en el tramo comprendido entre la plaza de Es Born y la de las Palmeras funcionan dos sistemas de iluminación: "Las farolas de siempre, que están en funcionamiento toda la noche; y la iluminación nueva que se puso recientemente, que estaba apagada en invierno, y que en verano se enciende hasta las doce de la noche". Tal como ya explicó a los restauradores, la decisión de apagar esta última instalación al llegar la medianoche persigue un ahorro energético y también económico.
De hecho, Mascaró entiende que si el hecho de apagar el alumbrado público a cierta hora provoca problemas en las terrazas de algunos restaurantes, la solución la pueden poner precisamente los responsables de estos locales, instalando luces en las propias terrazas, tal como sucede ya en algunos locales de la zona, explica.
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