Pitus Fernández - Archivo

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Hubiera podido definir a Pitus Fernández como profesor y director de teatro puesto que en realidad es ambas cosas y las ejerce, incluso hubiera podido añadir ex actor pero él se define a sí mismo como "home de teatre" y he querido ser fiel a este sentimiento que en realidad abarca todo cuanto fue, es y me imagino que seguirá siendo.


En esta ocasión nos saltaremos las "normas" e iremos por otros derroteros; para ti, ¿qué es el teatro?


Alguien con más conocimientos que los míos lo definió como "ilusión de realidad", definición que hago mía porque así lo considero, ya que no es pura realidad pero pretende serlo a través de la ilusión.


Tú eras electromecánico de hecho, pero de corazón el teatro era tu obsesión, tu meta.

Sí, inicié mis estudios en el Colegio Cervantes para proseguirlos en la Escuela de Maestría en la que me especialicé en Electromecánica y, una vez conseguido el título, empecé a trabajar pero, como tú dices, el teatro me atraía, era mi sueño y mi objetivo.


Un sueño que hiciste realidad porque en el año 1975 saltaste el charco y te instalaste, junto a tu mujer y tu hijo de pocos meses, en Barcelona.


Así ocurrió y lo hice con la firme voluntad de seguir la carrera de Artes Dramáticas en la Escuela Superior de Teatro de la Ciudad Condal.

Y allí te sorprendió la muerte de Franco...

Sí, y precisamente fue en el metro donde me enteré de ello; noticia que me pilló de sorpresa cuando iba a clase.

Aquí ya habías hecho tus pinitos que no habían pasado desapercibidos, porque apuntabas parte de lo que luego convertirías en realidad, ser "hombre de teatro".

Dejando aparte tus consideraciones que agradezco, iré directamente a lo que hice aquí, en Menorca; empecé a trabajar en el Club Juvenil Ca Nostra, en el local de Acción Católica situado en la plaza Reial, luego mi mujer (Carmen Periano) y yo nos trasladamos a vivir a Ciutadella y allí, junto con varios componentes de la antigua compañía de Delfín Serra, montamos "El retaule del flautista", la obra de Pere Quart, seudónimo de Joan Oliver, que en aquellos momentos había despertado una gran expectación; y aquello fue la señal definitiva, ya que comprendí que el teatro era lo que deseaba hacer y, sin más, nos lanzamos a la aventura.

Pienso que dices bien lo de "lanzarte a la aventura" pero en plural.

Efectivamente; fue la nuestra una decisión tomada por ambos; Carme, que también estudió Arte Dramático, estaba identificada con la idea, a pesar de que nuestro hijo sólo contaba con tres meses de edad.

Y sin que vuestra situación económica fuese boyante.

No, no lo era, unos ahorrillos y lo que sacamos por la venta de unos terrenos que habíamos comprado en Ciutadella lo cual nos permitió afrontar el primer año y medio, luego y durante el verano regresábamos a Menorca y yo trabajaba en mi oficio.

Pero seguíais haciendo teatro.

Sí, en Ciutadella conecté con los hermanos López Casasnovas, Ignasi Mascaró y Andreu Bosch y seguimos trabajando en esta parcela; luego, durante el segundo año de estancia en Barcelona, trabajé en un montaje de Josep Antoni Codina que presentamos por diversas poblaciones catalanas; como ves no estuve parado, fui haciendo camino y aprendiendo.
¿Cuándo entraste en contacto con Els Joglars?

En el 78; recordarás que con motivo de "La torna", Albert Boadella fue encarcelado, hecho este que ocurrió un año antes, en 1977, y cuyo final fue su rocambolesca huida del Hospital Clínico, se exilió en Francia, concretamente en Perpiñán y desde allí llamó a un grupo de actores para proseguir con sus proyectos teatrales; yo, que había sido alumno suyo, fui uno de los elegidos, momento este que constituye el inicio de nuestra relación.
A Albert Boadella, ¿cómo le definirías?
Para mi es "un petit geni teatral", con una imaginación y una intuición inimaginable, lo cual le ha permitido mantenerse durante muchísimos años entre la élite teatral europea; además posee una capacidad de trabajo insuperable… Su teatro no es amable, al contrario, provocador y crítico, un personaje especial, incluso te diría que único.

¿El mejor maestro para un aprendizaje casi perfecto?

Lo que puedo afirmar es que me considero privilegiado por haber vivido aquella etapa de Els Joglars, por muchas y diversas razones, las que te he apuntado y otras, me refiero a las cualidades de Albert, como la de ser creativo en grado superlativo, un "creador" especial, muy especial. Como comprenderás yo no pretendo valorar su trayectoria personal, lo que valoro y lo que me interesa por encima de todo es su vertiente artística.

Els Joglars actuasteis en el Teatre Principal, antes de ser reformado. ¿Qué obra presentasteis?

"M-7, Catalònia", fue en la primera etapa democrática, en la que Antonio Casero y tú erais concejales y Ramón Homs, el alcalde.

Hay quienes dicen que Els Joglars, vuestra forma de hacer teatro, se fundamentaba en lo que se denomina creación colectiva. ¿Es tal como digo?

Creación propia sí, colectiva no del todo, porque Albert Boadella era el director y como tal proponía el tema y el resto aportaba su particular visión incluso improvisando; yo diría que la "cuota" creativa podríamos establecerla en un 50 por ciento para ambas partes, pero el director tenía su peso específico, tal como debe ser.

Preparar un montaje con aquel "equipo" era como…
Entrar en un laboratorio; en "La Cúpula", la instalación construida para dicho objetivo en Pruit, un pueblecito de la comarca de Osona, trabajábamos ocho horas diarias en jornadas de mañana y tarde, la primera de 10 a 13 y la vespertina de 4 a 8, durante cuatro o cinco meses; hoy ya no se trabaja así pero aquello, como te he dicho, era un auténtico laboratorio y lo que allí aprendías no sólo te formaba como actor sino que te permitía superar todo tipo de situaciones… Luego, una vez habíamos "engrasado" el montaje salíamos de gira; en realidad repartíamos el año entre estas dos facetas, la de preparación y la de "puesta en escena".

Todo lo cual equivale a decir que un montaje llevaba implícito un importante esfuerzo colectivo.

Lo era, pero hay que tener en cuenta que el teatro lleva parejo un componente pasional que no se da en otras muchas profesiones; si sientes y estás en el teatro éste debe apasionarte ya que, de lo contrario ,careces de algo fundamental y necesario, el sentimiento, el "alma".

Después de cinco años en Els Joglars, inicias una nueva etapa en solitario. ¿Te fue difícil cortar el hilo umbilical?

Estas cosas siempre duelen pero comprendí que debía cubrir una nueva etapa porque sentía la necesidad de hacer algo diferente y afrontar un nuevo reto.

Un reto no exento de dificultades.

Efectivamente, pero todo cambio implica compromiso y éste no iba a ser la novedad; de inmediato entré en contacto con el Consell para organizar las "aulas de teatro" que eran como la primera escuela de teatro que se creaba pero de una manera seria en Menorca; objetivo que conseguí plasmar en realidad con el apoyo de Joan López Casasnovas, en aquel momento conseller.

Mallorca y Menorca, es decir, el teatro de ambas islas ha sido tu campo de operaciones con un resultado que yo calificaría de positivo.


Debo afirmar ambas cosas porque es cierto que he trabajado en Mallorca como también lo es mi vinculación con el teatro menorquín con un balance positivo, aunque prefiero decir que el teatro balear ha experimentado a través de las aulas y demás aportaciones un salto de calidad muy importante.


Y en el futuro, ¿qué perspectivas auguras?


Buenas, sobre todo si tenemos en cuenta el desarrollo de la Escola Superior d'Art Dramàtic de les Illes Balears que debe aportar nuevos valores, lo que presupone un avance social importante sin olvidar que todo ello crea puestos de trabajo cualificados.

Y tu hoy, ¿cómo se desarrolla?

Estoy, por mi condición de profesor, a caballo entre Mallorca y Menorca y muy ilusionado en todo cuanto vengo realizando porque no dudo de que la "Escola" rendirá buenos "dividendos" y dentro de 10 o 15 años surgirá una nueva generación que normalizará la situación teatral de las Islas; generación que estimo que sea de un excelente nivel.
Tarea esta nada fácil, más bien ardua y difícil.

Lo es, pero ten en cuenta que en Menorca existe una gran tradición teatral y esta base me permite estar ilusionado e incluso ser optimista; es cierto que tanto en Valencia como en Cataluña la mentalización es mayor que la nuestra pero en esto andamos para situarnos a su mismo nivel.

Siempre se ha dicho que el teatro estaba en crisis permanente. ¿Sigue estándolo?

"Afortunadamente", por supuesto entrecomillado, la crisis del teatro es permanente pero es algo imprescindible porque sin este añadido se perdería la "magia" que lo rodea; al actor, a cualquier profesional del medio, esta situación le ayuda a superarse, a crecer y dar lo mejor de sí que no es otra cosa que un teatro actual, vivo y socialmente comprometido.

El reto también conlleva la creación de nuevos puestos de trabajo.

Sí, lo que llamamos "llocs d'expressió artística", pero también exige la creación de pequeñas salas porque los grandes teatros pierden su importancia si no están "arropados" por estas salas que puedan servir como "banco de pruebas"; en Francia esta política lleva funcionando desde hace muchos años, su ventaja sobre nosotros es mucha, más de treinta años, aquí habrá que recuperar el tiempo perdido actuando con rapidez y eficacia.

Pero la actual situación económica del país permite pocas "alegrías".

Es cierto, pero algo podrá y deberá hacerse, porque creo que siempre hay un resquicio por donde puede filtrarse la esperanza.

Entre los directores y, a ti te considero como tal, los hay que prefieren crear su propio guión, ser juez y parte. ¿Tú qué prefieres? ¿Un guión externo, no propio o crearlo tú?

Sobre todo "una molt bona història i molt ben escrita" partiendo de la base que escribir teatro no es fácil, al contrario, es muy difícil; para mí, este es un oficio artesanal, porque tiene toda una serie de connotaciones especiales… Obras las hay y muchas pero pocas de calidad. A tu pregunta sobre cuáles son mis preferencias te repetiré que sobre todo conjugar una buena historia y una buena interpretación, lo cual conlleva una adecuada dirección; este es, a mi modo de ver, el secreto de un buen montaje.

Hay gente que ha trabajado contigo que afirma que tú buscas la perfección, que no te conformas con un "així està bé".


La perfección no existe, pretendo acercarme a ella y sobre todo huir de lo artificial, de lo que suene a falso porque si yo no quiero ser engañado no puedo ni quiero engañar… Busco, a través de mis montajes, la verdad teatral huyendo de los tópicos, de lo artificial; porque el teatro no es especulación, sino que debe tener sentido, proyección.

Has vivido el teatro con intensidad, incluso lo convertiste en tu forma de vida. ¿Te sientes satisfecho por tu elección?

He vivido el teatro desde los 16 años, opté por esta forma de vida de lo cual no me arrepiento porque fue mi elección y soy feliz en este medio, en este mundo que es el mío.

Vivimos tiempos difíciles, la situación global no es para echar cohetes. ¿Qué sientes ante esta realidad cotidiana?

Malestar por todo lo que veo; quienes vivíamos de un modo austero todo cuanto iba sucediendo nos parecía inmoral, incluso intuías que aquella burbuja iba a estallar, porque carecía de sentido y, así ha sido sobre todo por falta de sensatez y por una inmoralidad crónica.

¿Necesitamos recuperar determinados valores que hemos ido echando por la borda?

Es fundamentalmente imprescindible y necesario como también lo es generar una corriente renovadora.

¿Crees en el hombre y en su capacidad de regenerarse?

Sí…

De volver a empezar, ¿rectificarías muchas de las cosas que has ido haciendo?
Pienso que no porque me siento satisfecho y por supuesto responsable de casi todas las cosas que he hecho, además se dice que los primeros 50 años son de aprendizaje… pero ten por seguro que intentaría hacerlo mejor y trasmitir lo que he vivido, mis experiencias, mis vivencias.

Y algo más, ¿cierto?

Del todo, trasmitir también los valores del compartir y del trabajo "ben fet", porque lo que importa, como me decía un amigo ciutadellenc, no es hacer muchas cosas, sino hacerlas bien.

Para ti, ¿cuáles son los males que nos coartan para llegar a ejercer con plenitud como seres humanos?

Muchos pero señalaré dos, el concepto de competitividad que nos han inculcado y la carencia de pausas de reflexión; me explicaré, hay que ser competentes no competitivos, porque siéndolo en los términos en que hemos sido "programados" perdemos no solo la sensibilidad sino incluso un sinfín de valores humanos, y sin pausas de reflexión difícilmente podemos rectificar y tomar otros caminos menos egoístas, más solidarios. Parar y reflexionar para emprender nuevamente el camino aportaría buenos resultados.

Y hoy, en esta pausa veraniega, ¿qué le pides a la vida?

Poder estar con los míos, con mi familia, con mis amigos y seguir caminado juntos; también le pido poder seguir con mi trabajo que no es otro que enseñar y dirigir.

José Hierro dejó escrito: "Mas de qué sirven nuestras vidas,/ si no enriquecen otras vidas". Pitus Fernández captó el mensaje, el de trasmitir lo que él ha ido aprendiendo y enriquecer así otras vidas.