ES CANUTELLS. Los niños, camino de la playa, pasan por delante de las máquinas y los operarios que trabajan en el asfaltado de las calles de esta urbanización - Gemma Andreu

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Los obreros y las máquinas han tomado estos días Es Canutells mientras los turistas, sorprendidos, no han tenido otro remedio que resignarse a tan ruidosa presencia en plena temporada. Las chanclas y el olor a alquitrán son la nueva imagen de Es Canutells. Desde el pasado lunes y hasta la próxima semana los operarios trabajarán en el asfaltado de las calles de la urbanización. El año pasado ya se renovó la mitad del trazado de este núcleo urbano de Maó y ahora los trabajos se centran en el asfaltado de la otra mitad. No han faltado las voces críticas sobre la elección de estas fechas para unas obras tan aparatosas. Empresarios y turistas no entienden el porqué de la urgencia cuando más molestias provocan. Ayer mismo, los obreros llamaban a primera hora a las puertas de las casas para solicitar a sus propietarios la retirada de los vehículos aparcados en las calles que debían ser asfaltadas. Sorprendidos -el día anterior no se colocó ningún cartel para advertir de este hecho- residentes y turistas obedecían las indicaciones.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Es Canutells, Luis Massip, reconoció ayer que la fecha elegida por el Ayuntamiento de Maó para ejecutar los trabajos puede ser inoportuna, pero en su opinión, después de la larga lucha de la entidad que preside para lograr precisamente el asfaltado de estas calles, las molestias se revelan ahora como un mal menor. "Nos ha costado mucho lograr esto. Incluso pensaba que este año el Ayuntamiento no iba a cumplir su promesa. Mejor tarde que nunca", indicó, al tiempo que repasó algunos de los avances logrados por la urbanización en los últimos meses; las mejoras en la playa para eliminar las filtraciones de agua dulce en la arena y la reordenación de los fondeos.

A pesar de estas mejoras, Massip no esconde el temor a que se confirmen los rumores del cambio del servicio que Correos presta en esta urbanización. "Ahora quieren ponernos cerca de 200 buzones a la entrada de la urbanización cuando el Correo siempre se ha repartido casa por casa. No lo entendemos porque el servicio siempre ha funcionado bien. Es absurdo", explica. "En la próxima reunión que tengamos con el alcalde nos opondremos. Aquí cada vez viven más vecinos todo el año y esto sería un atraso", espetó el presidente de la asociación vecinal.