Cristina y Salva - Elena/C.G.

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Autoficha
Nos llamamos Cristina Garriga y Salva Bañuls. Somos de Fornells y Maó, tenemos 22 y 32 años y nos dedicamos a la estética y a gestionar un almacén de frutas, respectivamente. Vivimos con Batman y Robin, dos gatos sphynx sin pelo. Nuestras aficiones son montar a caballo, los coches antiguos y los relojes vintage.

¿Cuándo surge su interés por este tipo de gato?
Fue después de tener un persa hace unos cuatro años. Salva tenía algo de alergia y había pelo por todos lados, en la ropa, en los muebles... así que tuvimos que regalárselo a una pareja que vive en el campo.

¿Habían visto ya un gato sphynx? ¿Les gustaban?
A mí no me gustaban (Cristina), pero Salva se encaprichó y le quise regalar uno. Fuimos a buscarlo a Albacete hace casi cuatro años. Era un gato adulto de una pareja que ya no lo quería y recuerdo que al verlo fue un shock, pero durante el viaje se portó muy bien, era tímido. Dos años más tarde, decidimos tener otro gato para que Batman tuviera compañía y fue cuando fui a Barcelona a buscar a Robin. Me acuerdo que en el aeropuerto de Barcelona no sabían qué llevaba dentro de la jaula. El gato era pequeño y los agentes de la Guardia Civil empezaron a llamar a compañeros para que lo vieran porque no sabían qué tipo de animal era. Una vez en casa, los dos gatos se llevan muy bien.

¿Cuáles son los cuidados que necesitan estos gatos?
Para empezar, mucha atención. Se ponen muy tristes si no les dedicas tiempo. Al no tener pelo, necesitan mucho calor en invierno. Nosotros les ponemos mantas e incluso una esterilla eléctrica. También hay que limpiarlos diariamente con toallitas porque sueltan una grasa a través de los poros. Son gatos con el estómago delicado, deben comer un pienso especial y, en verano, usar crema solar porque se pueden quemar.

¿Cuál es la historia de los gatos sphynx? ¿Cómo es su carácter?
Contrariamente a lo que la gente piensa, los sphynx no proceden de Egipto. Son gatos originarios de Canadá y México que tuvieron un tipo de alopecia, algo que se ha ido transmitiendo de padres a hijos y que ha provocado que posean su característico aspecto. Son animales extremadamente cariñosos. Parecen perros porque los llamas y vienen, te esperan en la puerta... Son muy sociables. Robin es más lanzado que Batman, defiende más su territorio, pero ambos nos traen regalos que han cazado.


¿Les gustaría tener más gatos?
Sí, pero hay que dedicarles mucho tiempo. Como con cualquier animal, si no lo puedes tener en condiciones, mejor no tenerlo.