Paula Domínguez. La "bailaora" ofreció algunos de los momentos más vibrantes de la noche

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"Paso la vida pensando que la vida pasa", rezaba una de las bulerías que sonaron la noche del lunes en el Seminari. La vida pasa y el Festival de Música d'Estiu sigue avanzando, y lo hace dando muestras de una salud envidiable. Bien es verdad que tradicionalmente gran parte del público que acude a la muestra musical es extranjero, pero gracias al reclamo del flamenco, el lunes lo hicieron en mayor medida. Hasta los organizadores quedaron sorprendidos al comprobar que no quedó libre ni una sola de las 400 sillas habilitadas para el espectáculo.

Y la expectación generada por el espectáculo "Toc flamenc" no defraudó a un público que se entregó a un grupo de artistas que, guiados por la pianista local Esperança Rotger, supieron poner en pie un concierto atractivo gracias a los aderezos de fusión. Se tocaron los palos más tradicionales, con especial mención para las alegrías que sonaron al final del concierto adornadas con el baile de Yolanda Cortés, gracias a quien se vivieron los momentos más intensos de la noche. Mención especial merece también la bossa-flamenca "Inevitable" cantada por Paula Domínguez o el sonido de la voz del mítico Chiqui de la Línea en "Guajira". Y al final, después de casi dos horas de intenso espectáculo, el bis se convirtió en un final con los ocho intérpretes en el centro de las tablas, fiesta a la que se unió la madre de la "bailaora" Cortés, "La Tani", que abandonó la silla para dejar huella de su arte.