Defensiva. La torre de Cala Teulera ya muestra todo su esplendor tras la rehabilitación - Gemma Andreu

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Las obras de restauración de la torre defensiva de Cala Teulera, en La Mola han finalizado. Los trabajos de adecuación llevados acabo por la constructora M. Polo se han prolongado cerca de siete meses bajo la supervisión del estudio de arquitectos J. J. Gomila y D. Enrich S. C. -redactores del proyecto de rehabilitación- y del arquitecto técnico Amilcar Seguí.

La remodelación de este punto de observación privilegiado del puerto de Maó levantado durante la última dominación británica (1789-1802) ha sido todo un reto arquitectónico y constructivo según explica el arquitecto Juan José Gomila. La cubierta de la torre estaba muy deteriorada y las filtraciones de agua habían hecho mella en su estructura. La nave carecía además del piso intermedio característico de estas construcciones y de matacán, el elemento defensivo situado tradicionalmente sobre la puerta, circunstancia ésta que obligó al equipo de arquitectos a investigar el diseño de torres similares. Incluso a lo largo de los años este histórico espacio había sido retocado para adaptarse a diferentes usos hasta llegar a convertirse en un almacén.

En palabras de Gomila, la restauración del exterior ha sido singular y "diferente" a los trabajos habituales que hasta hace unos años se llevaban a cabo en la rehabilitación de este tipo de torres. Así, mientras en los años 80 se dejaban a la vista las piezas de marés del encadenado que aguanta el aparejo de piedra, el equipo de arquitectos que ha remozado la torre de Cala Teulera decidió no resaltar el marés. "Pensamos que esto no era importante. Lo que primaba en su origen eran las cuestiones defensivas y no las estéticas. En la Torre d'En Penjat cerca de la Cala Sant Esteve (también remodelada por este arquitecto) tampoco se resaltaba el marés en el revocado", explica Gomila. "Se ha retomado la idea de continuidad del revoque sin resaltes estéticos", añade. En este sentido también se ha optado por potenciar una de las dos puertas existentes con la colocación de una apertura moderna hecha a base de hierro oxidado "acero corten". "Normalmente los militares entraban por una puerta falsa y en la principal hemos introducido este elemento moderno para que se vea claramente la diferencia ", indica Gomila.

Investigación

No obstante, para este arquitecto, que en su currículum acumula ya la restauración de diferentes espacios del interior de la fortaleza de La Mola, la labor más complicada de este nuevo encargo ha sido la restauración del matacán. "No teníamos referencias y hemos tenido que investigar en documentos ingleses del siglo XVIII. "La torre más parecida a esta es la de Sa Torreta, en Es Grau", comenta, al tiempo que resalta el empleo de mortero de cal para el revoque. "El arquitecto técnico Amilcar Seguí ha hecho un gran trabajo de investigación sobre el tipo de mezclas. No se ha utilizado cemento, se ha preguntado a maestros de obras y hemos tenido el control de arqueólogos", subraya.

Tres espacios

El interior de la torre ha sufrido igualmente una profunda transformación. Así, se han habilitado los tres espacios tradicionales en que se dividían estas construcciones; un almacén, el polvorín y donde dormía la tropa. "También con acero corten hemos insinuado estos tres espacios y hemos recuperado el piso interior de madera. La idea es dar a entender que lo que se ve no son elementos originales pero sí estaban dispuestos de esta forma en su día", comenta. "No sé en concreto a qué se destinará la torre, pero la rehabilitación era necesaria y ahora podemos verla tal y como era", concluye.