tareas. Podrían haberse visto complicadas por lo inadecuado del material proporcionado inicialmente - Archivo

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Cumplidos diez años desde que el entonces ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, propusiese la construcción de una desalinizadora en Ciutadella y con la instalación prácticamente finalizada, una incertidumbre se suma a la que envuelve al precio que tendrá el agua desalada, la de su correcta ejecución. Según ha podido saber el "Menorca", el tubo de captación no está en condiciones, existen desperfectos al principio y al final de la tubería, así como en la cántara, lo que podría retrasar la puesta en funcionamiento de la planta, prevista para este año, si bien la fecha no se ha concretado.

Así se desprende de los partes de trabajo a los que ha tenido acceso este periódico y que constan como prueba en una demanda interpuesta por una de las empresas subcontratadas para la ejecución de trabajos submarinos y de las manifestaciones del representante legal de la citada empresa, Sociedad Internacional de Obras Marítimas e Ingeniería Subacuática (SIOMEIS).

En uno de estos partes -el número 6, de fecha 12 de octubre de 2009- se detalla que el trabajo realizado ha consistido en "remolcar dos bloques y situarlos en el tubo", añadiéndose una reveladora anotación, "nos encontramos a los buzos que antes trabajaron en el tubo y nos comunican que está el tubo roto". El visto bueno del encargado de la obra, un responsable de Zamorana de Perforación Dirigida, consta en el citado parte.

Del contenido de otros partes se desprenden, asimismo, las dificultades a las que se debió enfrentar la citada empresa -que tomó el relevo a los buzos menorquines el pasado otoño- al realizar sus trabajos hasta a 21 metros de profundidad en el mar y 11 en el túnel, donde la visibilidad era nula, debiendo hacer uso de materiales proporcionados por Zamorana inadecuados para la envergadura del trabajo.

Eugenio Montero, representante legal de SIOMEIS, ha confirmado la existencia de las deficiencias y que las puso en conocimiento de Zamorana nada más tener constancia de ellas. "Todos los daños se podían haber subsanado en su momento con un bajo coste o en el peor de los casos cambiando la tubería, ahora esto es un problema de difícil solución y más costoso. Haberlos ocultado perjudica a Acciona y a los ciudadanos de la zona", sostiene Montero. El representante legal de la sociedad internacional deja entrever que estas deficiencias no pueden atribuirse a las empresas menorquinas que intervinieron en las obras, Itacaré IOS y Trabajos Submarinos de Menorca.

"En Zamorana son conscientes, porque así ocurrió y consta en nuestros partes de trabajo, que los bulones que nos facilitaron para efectuar el mismo trabajo que habían realizado los buzos menorquines, se partieron dos veces, y se doblaron otros tres. Lo mismo ocurrió con tres eslingas (cables) que nos facilitaron para hacer el tiro, las cuales eran de 14 toneladas y en malas condiciones, cuando tenían que ser de más de 60 toneladas, como después se comprobó", explica Montero.

Por todos estos motivos, el representante legal de SIOMEIS entiende que Acciona Agua está en situación de pedir daños y perjuicios a Zamorana, una empresa a la que cuestiona "el grado de seriedad que tiene, pues no le importa arruinar a otras empresas con tal de sobrevivir". En este sentido, Montero remarca que, a la vista del proceder de la empresa zamorana, no entiende cómo a su responsable, Teodoro Pulido, "se le llena la boca y repite constantemente que hay que acabar con empresas poco serias", y muestra su confianza en que el Ministerio de Medio Ambiente tome cartas en el asunto. "Aquí se han producido conductas que pienso que deben depurarse por su gravedad", asevera.

Este periódico intentó obtener una valoración de la denuncia de estas deficiencias por parte del departamento que dirige Elena Espinosa y de los responsables de Acciona Agua y de Zamorana, cosa que no había sido posible al cierre de esta edición.