El proyecto de rehabilitación de varias calles del casco antiguo de Es Mercadal con cargo al Plan de Barrios y que supondrá una inversión de 1,1 millones de euros, es acogido con disparidad de opiniones entre vecinos y comerciantes de esta localidad, especialmente en relación a los cambios previstos en el Carrer Nou. El Ayuntamiento planea peatonalizar esta arteria principal del pueblo y, por tanto, la supresión de aparcamientos, aunque también contempla el paso restringido de vehículos a determinados horarios previo consenso vecinal.
Vecinos y comerciantes consideran mayoritariamente positivo cualquier mejora en la calle, siempre y cuando los plazos de las obras se cumplan a rajatabla. En este caso, el Consistorio pretende iniciar los trabajos el próximo mes de septiembre y concluirlos en un plazo de entre ocho y nueve meses, antes de las fiestas de Sant Martí. Pero la decisión de peatonalizar la vía y la eliminación de buena parte del tráfico genera polémica entre vecinos y comerciantes. De hecho, algunos de estos últimos están a la espera de que el Ayuntamiento les convoque a una reunión para explicarles el proyecto tal y como ha hecho recientemente con los vecinos. "Estamos preocupados por las obras. Durante ese tiempo la gente no podrá venir. A la larga podrá ir bien, pero no es un momento para jugársela", comenta una comerciante del Carrer Nou. "En un momento de crisis como este creo que hay otras cosas más prioritarias que hacer", añade la responsable de otro negocio.
"Me parece estupendo"
El titular un establecimiento cercano se muestra, en cambio, a favor de los cambios. "Me parece estupendo. A mi me beneficia, la acera de este lado será más ancha y podré poner una terraza", apunta. En cuanto a la cuestión del aparcamiento, precisa que Es Mercadal no es Barcelona, las distancias son escasas, y además recuerda que está previsto habilitar en las cercanías zonas para estacionar . "En invierno no hay aparcamiento porque no se paga la zona azul y la gente deja su vehículo muchas horas y en verano hay un poco más porque sí hay zona azul. Creo que quintarlo no será un problema", explica. En el mismo sentido se expresa otra comerciante. "Me encanta la propuesta", afirma rotunda, si bien a continuación se muestra preocupada por el incumplimiento de los plazos de ejecución de las obras, una cuestión que, advierte, debería quedar bien clarificada en el pliego de condiciones de la adjudicación de los trabajos. También precisa que antes del inicio de las obras, los aparcamientos disuasorios deberían estar operativos, así como el acceso al parking de Es Moli desde la calle del Terreno, cuestión sobre la que el Ayuntamiento negocia actualmente con un particular.
"Fatal"
"Fatal", en cambio, es el calificativo que emplea otra comerciante al referirse al proyecto municipal. "Si la gente no puede pasar, no entrará al pueblo y esto afectará mi negocio". "El verano pasado cerraron la calle a las siete de la tarde, aunque la zona azul estaba vigente hasta las ocho y media. Y a esa hora ya podía cerrar porque no venía casi nadie. Ahora más de uno tendremos que cerrar definitivamente. Hay gente que incluso ha anulado pedidos", advierte, al tiempo que se muestra preocupada por el resultado de las ventas de Navidad en plenas obras. "Todo ya está decidido y poco podremos hacer", apostilla resignada.
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