La ordenanza entró en vigor el 23 de diciembre de 2008, pero el Ayuntamiento de Maó ha esperado hasta ahora para mandar a los comerciantes y restauradores del centro urbano una carta recordándoles la vigencia de la norma por la que quedan reguladas todas aquellas actividades incluidas en el uso común especial o privativo de las vías y espacio público.
Según la ordenanza, de cumplimiento obligado en todo el término municipal de Maó, se consideran de uso especial, bajo licencia, los usos o actividades como "terrazas sin elementos fijos, mesas y casetas para la venta ocasional de artículos, expositores de mercancías, u otros elementos que ocupen alguna porción del espacio público, mientras su ocupación sea transitoria y no sea superior a un metro". De la misma forma, quedan bajo régimen de licencia aquellos "carteles o rótulos" que sobresalgan de la fachada de los edificios donde estén instalados los comercios.
Desde el momento en que reciben la carta, los afectados tienen un margen de 15 ó 20 días, según comentaban fuentes municipales, para presentar la solicitud de ocupación de vía pública al Consistorio, con la documentación que éste les exige. El Ayuntamiento determinará entonces si se otorga la licencia y el pago de las tasas que correspondan en función de cada caso.
Poner límites
Emili de Balanzó, concejal del Centro Histórico y Dinamización Económica de la Ciudad, explicaba ayer que la razón de ser de esta normativa es "la regulación del uso del espacio público". Lo que no es posible, comentaba, "es que haya comercios que tengan más producto fuera que dentro".
Sin embargo, puntualizó, el Consistorio no esconde con esta ordenanza "un afán recaudatorio y, por supuesto, no se pretende perjudicar al comercio".
De hecho, subrayó que desde el Ayuntamiento están "abiertos al diálogo para tratar de solucionar casos específicos", si bien es cierto que "hay calles en las que no se permitirá la ocupación de la vía pública para uso comercial porque son muy estrechas".
Las faltas muy graves en relación a esta ordenanza serán sancionadas con multas de hasta 3.000 euros, así como la retirada definitiva o temporal de la licencia o concesión.
"La regulación era necesaria porque hay quien tiene la tienda en la calle"
Jaume Félix, presidente de la Unió de Comerciants del Carrer de Ses Moreres, explicaba ayer que medidas reguladoras como esta ordenanza municipal es necesaria porque "hay gente que se pasa y tienen la tienda en la calle, y con una pequeña muestra de lo que hay dentro sería suficiente". Además, aseguró que "hay comercios que prácticamente obstruyen el paso de los peatones".
Sin embargo, "debería haber un poco de tolerancia por ambas partes", porque "tener que pagar por un detalle, tampoco sería necesario".
Asegura que a la entidad no han llegado quejas de ninguno de los comerciantes, ya que los que tienen material fuera no forman parte de la asociación que él representa.
"Pedimos que la normativa se aplique por igual a todos"
Luciana Pons Pons habló ayer como presidenta de Maó Nucli Comercial (en la que se acogen comercios del carrer Nou, S'Arravaleta, Plaza Constitució y Plaza Reial) y aseguró que desde la asociación se pide tan sólo que "si la norma se aplica, debería ser igual para todos, y no para unos sí, y otros no".
Pons explicó que la cartelería y las exposiciones que los comercios tienen en el exterior de sus locales son "una manera de crear ambiente y atraer a los compradores". Reconoció, no obstante, que "una cosa es un detalle y otra cosa es que no se pueda ni pasar por la calle".
"Lo que no queremos es que se haga negocio con las tasas que se piden porque ya pagamos suficiente por el Impuesto de Bienes Inmuebles y por el alquiler de los locales", agregó.
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