No fue un "cap de fibló" ni un "esclafit", informaron desde el Centro Meteorológico de Balears, y seguramente tampoco la borrasca más fuerte a la que se haya enfrentado Menorca durante los últimos tiempos, pero sí es verdad que el temporal del pasado lunes ha dejado huella en la Isla de una forma extraordinaria. Comenta el jefe de Emergencias en la Isla, Rafael Le-Senne, que la tormenta en cuestión destaca por algunos detalles. Según el experto, lo habitual es que este tipo de fenómenos afecten a lo sumo a dos municipios a la vez, pero en esta ocasión los ocho sufrieron, en menor o mayor medida, las consecuencias. Añade que tras la tempestad, ayer todos los cuerpos de bomberos de la Isla vivieron una jornada de calma. Tan sólo algunas actuaciones puntuales, como la que llevó una unidad de Ciutadella en Cala Galdana para cortar un pino que amenazaba con desprenderse en la zona del mirador.El municipio de "ponent" fue el más afectado, con considerables daños en algunas urbanizaciones turísticas, como Cala Morell, Cala en Blanes y, especialmente, Cala Blanca, donde se llegaron a retirar hasta 40 árboles caídos. En dicha zona, cerca de una decena de camiones grúa trabajaron ayer para la retirada de troncos.
Con la temporada turística recién comenzada, fueron muchos los negocios que se vieron obligados a poner de nuevo a punto sus establecimientos. Algunos empresarios incluso tuvieron que trasladar a los clientes de apartamentos turísticos a la zona de Cala en Bosc para evitar las molestias provocadas por el trabajo de las motosierras.
También hasta la zona de Cala Blanca se desplazó ayer un equipo técnico de telefónica. Un responsable de la contrata del servicio confesaba que el número de quejas por avería en la línea se multiplicó por cuatro respecto a una jornada normal. A las nueve de la mañana tenían 130 incidencias pendientes de resolver en toda la Isla.
Cala Blanca
La Asociación de Empresarios y Hosteleros de Cala Blanca, Santandria y Son Carrió tiene previsto hoy celebrar una reunión para valorar los desperfectos y decidir qué hacer al respecto. Pero por encima de los destrozos materiales, el presidente de dicha entidad, Pedro Capó, confiesa que una de las cosas que más les preocupa es el estado en que ha quedado la playa de Cala Blanca, que de nuevo está repleta de algas después de haber quedado limpia. Comenta el empresario que habían quedado muy satisfechos con el resultado de la campaña de Semana Santa y que la cala había ganado arena para perderla ahora de nuevo.
En Cala Bosc, según informa la asociación de vecinos, los daños no han sido grandes. El dato curioso es que en la mañana de ayer algunos operarios trabajaban todavía en la reparación de las aceras destrozadas en el Paseo Marítimo como consecuencia del temporal de enero de 2009.
A las 19.30 horas, la Dirección General de Emergencias desactivaba la alerta por viento y lluvia, mientras que la previsión meteorológicas para hoy es de posibilidad de precipitaciones débiles y temperaturas en ligero ascenso.
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