El sector náutico tiene una cita este fin de semana en Ciutadella, gracias a la celebración de la decimoctava Mostra Nàutica, una feria bianual que en principio no estaba previsto que se celebrara, pero que finalmente se llevará a cabo con el objetivo de incentivar la economía en un sector que, como el resto, ha experimentado un importante descenso en su actividad en las últimas anualidades.
Son muchos los que tienen esperanzas en la temporada turística que empieza hoy, primero de mayo. Las empresas han visto como en los últimos años el volumen de negocio se ha visto reducido en unos porcentajes considerables, pero, a partir de algunos datos, parece que 2010 será el de la estabilización, el que frenará la caída libre de la economía.
Desde la Asociación Menorquina de Empresas Náuticas (ASMEN), su presidente, Justo Saura, manifiesta su "esperanza" de cara a los próximos meses. "Esperamos no bajar más", afirma. Y es que el sector "tiene ya ganas de que se retome el ritmo de antes, hay ilusión, aunque tenemos cierta incertidumbre".
ASMEN calcula que en 2009, las empresas vieron como su volumen de negocio se reducía un 25 por ciento, una cifra que se acumuló a las pérdidas de 2008. Unos datos que se reflejan también en el descenso que Menorca ha experimentado en cuanto al turismo náutico, algo que han notado las empresas. "Ha bajado mucho, y con ello ha arrastrado a la restauración, el comercio, a las empresas de reparación de embarcaciones, ...", explica el presidente del Club Marítimo de Maó, Fernando Rita.
Aún así, hay partidarios de aprovechar la situación para darle mayor impulso a la náutica menorquina, sacando mejor partido a las oportunidades que ofrece Menorca. Eso cree el gerente de Nàutica Rovellada, Diego Rovellada, quien considera que "teniendo en cuenta que estamos en una Isla y que podemos vivir del mar, no estamos explotando todas las posibilidades que nos ofrece". Porqué, para él, "hoy en día, la industria tradicional ha perdido fortaleza, el calzado y la bisutería no están como antes, y el turismo es prácticamente lo único que nos queda".
Avanzar
Uno de los factores que ASMEN considera importantes a la hora de potenciar el sector náutico es que "las administraciones españolas se pongan al día, la normativa está anticuada y los mercados evolucionan más rápido que la administración", señala Justo Saura. En este mismo contexto, el representante de las empresas náuticas considera que "sobran" instituciones públicas que regulen el mar. "Cualquier trámite, cualquier gestión que debas hacer depende de demasiadas administraciones. En España la náutica recreativa todavía depende de la Marina Mercante mientras que en otros países ya hace tiempo que no lo es, porqué se trata de puro turismo". Así, Saura asegura que "quien compra una barca en julio, fácilmente no la puede utilizar en la misma temporada porqué el papeleo es tan lento" que es difícil lograrlo.
falta de amarres
Otro de los factores determinantes a la hora de dinamizar el sector es la existencia de amarres, algo que actualmente sigue pendiente de mejora. "Hace dos años que desde ASMEN estamos dedicando esfuerzos y algo se ha hecho". Como ejemplo, Saura señala la ordenación que se ha llevado a cabo en la cala de Canutells. "Por fin se ha aprobado su regularización", indica, a la vez que añade que también se hará en Es Grau.
El presidente del Club Marítimo de Maó opina que "los puertos de Menorca se han encarecido mucho. Ha habido una burbuja especulativa que, sin ninguna duda, ha encarecido de forma alarmante los amarres. El cliente tiene a su disposición una gran variedad de zonas extremadamente atractivas en el Mediterráneo, hay muchos puertos para elegir y que son mucho más baratos", asegura. Y es que Fernando Rita considera desmesurado que en Maó se estén cobrando 0,35 euros por metro cuadrado de embarcación y día en invierno y 0,60 euros en verano, y que las embarcaciones en tránsito deban abonar 2,5 euros por metro y día. "Hay que bajar precios", asegura, si se pretende ser competitivos.
De la misma opinión es el presidente del Club Nàutic Ciutadella, Bartolomé Carrasco, quien considera que los precios de Maó son excesivos, y pide que "cuando en Ciutadella se habiliten más amarres, cuando concluyan las obras del dique, que éstos sean gestionados o por Ports o por el propio Club Nàutic", no por iniciativa privada. A pesar de eso, cree que "es normal que se suban precios si una empresa invierte y mejora las infraestructuras portuarias", ya que eso ha supuesto un gasto considerable que de algún modo hay que recuperar.
Carrasco valora positivamente el incremento de amarres en Fornells, aunque sea sólo en verano, ya que da salida a la gran demanda existente. De cualquier modo, el dirigente de la entidad de Ponent advierte que habrá que ver "que operatividad se les va a dar". Sea como fuere, el incremento de amarres servirá para reducir la polémica con los fondeos.
El propio Carrasco asegura que a pesar de la crisis "hay gente dispuesta y con ganas de comprarse una barca pero no lo hace por la larga lista de espera que hay para conseguir un amarre". Por eso, cree necesario que cuando el dique esté operativo se reordene "la lámina interior del puerto, para aprovechar todo el espacio del muelle comercial actual, así como el Moll de la Trona y la pasarela que actualmente no podemos utilizar por seguridad". Lo que sí tiene claro Carrasco es que "si a final de año acaban el dique las administraciones tienen que ser rápidas para que el nuevo espacio que se cree en el puerto esté operativo para amarres en verano. No podemos perder más tiempo".
ordenación
El presidente de ASMEN calcula que en la Isla hay entre 6.000 y 7.000 amarres, pero asegura que muchos de ellos no están regularizados. "Con los que tenemos, si se ordenan bien, no hará falta mucho más", asegura. "Hay 2.000 o 3.000 amarres irregulares. Muchos de ellos llevan más de veinte años así, porqué se crearon cuando no se regulaba. Por lo tanto, no es que sean ilegales. Pero convendría reordenarlo", considera.
protección del medio
En cuanto a lo que supone para el sector náutico la declaración de zonas protegidas marítimas en las que se restringe la actividad, desde ASMEN consideran que "Menorca es muy virgen, pero tampoco se puede prohibir todo. Sí que debemos conservar la Isla, pero llegará un momento que no podremos hacer nada y el turismo se resentirá de eso". Por eso, Justo Saura cree que debe lograrse un equilibrio entre conservación y desarrollo. "No debemos convertir la Menorca tranquila en aburrida", por lo que "antes de prohibir algo se deben estudiar detenidamente sus consecuencias", afirma.
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