Olé, olé y olé para los andaluces residentes en la Isla. Y es que los volantes, los caireles, las peinetas y los claveles no dejaron indiferente a nadie. El Teatre Principal de Maó acogió ayer el acto del Día de Andalucía que congregó a unas 500 personas deseosas de ver fluir sentimientos de júbilo y alegría a la vez que añoranza por una tierra que les vio nacer pero, durante un tiempo, no crecer.
El telón se levantó para recibir al arte del zapateado andaluz de la mano del bailaor invitado Luis Miguel López García. No faltó tampoco la gracia sureña con los diferentes cuadros de baile de la Casa de Andalucía en Menorca que salieron al escenario con desparpajo y soltura admirables.
La Casa de Andalucía quiso aprovechar la celebración de la fiesta de su tierra para homenajear, hacer menciones especiales y sobre todo sorprender. Es así como la jornada se tiñó de sentimiento y emoción cuando Ramón Herraiz recibió el galardón de Andaluz del Año 2009 como reconocimiento de la labor que ha realizado para la sociedad menorquina. Este premio llegó con una grata sorpresa y es que su amigo Ángel Muñoz, que a pesar de haber vivido en la Isla actualmente reside en Córdoba, le hizo llegar un mensaje de voz lleno de agradecimiento. La Casa de Andalucía también quiso hacer una mención especial a los andaluces que han destacado por su labor con la entidad: Maite Castillejo, andaluza más veterana con más de 15 años participando en los cuadros de baile de forma ininterrumpida; Lidia Ruiz, un ejemplo de implicación y juventud en la entidad como profesora de baile, y Roberto González, la clara representación de lo que pretende el colectivo, un andaluz totalmente integrado en la cultura menorquina.
El acto oficial se clausuró con las voces del Coro Rociero quienes entonaron un emotivo Himno de Andalucía, aunque la fiesta siguió en la sede de la entidad con la degustación de un vino español.
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