Obras. La constructora Prisoles Mediterráneo está levantando un complejo de 166 viviendas - Cris

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El aguante de los vecinos del antiguo Hotel Esmeralda, en cuyo solar se está levantando un complejo de 166 viviendas, se está agotando. "Estamos perdiendo la paciencia", reconocía ayer uno de los portavoces del colectivo, Llorenç Triay, quien informa de que el contacto con el Ayuntamiento de Ciutadella es prácticamente nulo. No obstante, los vecinos están dispuestos a seguir luchando, y según reconoce Triay, el principal objetivo que se han marcado es el de averiguar si las irregularidades que en su día denunciaron son fruto "de la incompetencia o de la mala voluntad".

Cabe recordar que las primeras protestas de los bloques de pisos situados en la calle Ramis i Ramis surgieron antes del verano con motivo de las molestas causadas por las excavaciones. Fue entonces cuando se iniciaron las reuniones el Ayuntamiento, en las que la alcaldesa, Pilar Carbonero, se comprometió a hacer un seguimiento más cercano.

Irregularidades
Posteriormente, fueron apareciendo diferentes irregularidades relacionadas con el volumen de edificabilidad. Es por ello que los vecinos recuerdan en un comunicado su preocupación por el hecho de que las anomalías detectadas "parece que no tendrán ningún tipo de sanción".

Los afectados, que califican el proyecto inmobiliario como "un despropósito que no tiene en cuenta el entorno, ni el medio ambiente ni el impacto visual" (se encuentra en primera línea de mar), recuerdan también que en 2007 el por entonces regidor de Urbanismo, Avel·lí Casasnovas, decretó una moratoria al día siguiente de presentarse el proyecto "y después de un año la levantó sin hacer cambio alguno para conceder el permiso en 19 días", tal y como señalan en un comunicado.

En ese sentido, los vecinos sostienen que dicha manera de actuar "levanta sospechas de que hubo alguna cosa rara en la tramitación".