Ciutadella. Las compras han sido varias, entre ellas este bloque cerca del puerto - Cris

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La crisis económica, que se ha cebado con especial intensidad con el sector del ladrillo, ha dejado en el paisaje urbano menorquín varios bloques de pisos inacabados. Sus promotores han visto cómo su proyecto quedaba prácticamente paralizado por dos factores. El primero, el frenazo en la concesión de crédito por parte de entidades bancarias, que les impide tener financiación suficiente como para acabar las obras comenzadas. El segundo factor es el estancamiento de las ventas de pisos, cuyo parón casi total ha cortado la otra vía de entrada de capital en las arcas de los promotores. El resultado: varios bloques de viviendas paralizados, pérdida de puestos de trabajo y un daño estético evidente en los cascos urbanos.

En las últimas semanas y meses, esta situación ha cambiado ligeramente, puesto que varias de estas promociones se han retomado después de que hayan cambiado de manos. Así, varias fuentes consultadas por este periódico confirman que un mínimo de entre ocho y diez promociones de la Isla (sobre todo ubicadas en Ciutadella) han sido adquiridas en su totalidad por inversores foráneos con el objetivo de reactivarlas. Las condiciones de la compra de estas promociones son diversas, y no han trascendido en su totalidad. No obstante, el denominador común en todos los casos es la hipoteca que pesaba sobre el promotor, solicitada con la intención de poder acometer las obras, y que al no poder vender los pisos, pesaba como una losa sobre los promotores originales. Así, los inversores foráneos en todos los casos han adquirido esta hipoteca y se han hecho cargo de ella. El resto difiere en cada operación. En algunos casos el inversor ha adquirido también la empresa promotora original, mientras que en otros casos se apunta el pago de cantidades casi simbólicas además de la subrogación de la hipoteca.

El compromiso de estos inversos foráneos es el de acabar las obras que el promotor original no puede culminar en Menorca. Para ello, en la mayoría de los casos el inversor cuenta con capital propio, puesto que varias fuentes del sector de la construcción aseguran que el grifo de los créditos sigue cerrado para los promotores "por muy rico que seas".

Artículo completo en la edición impresa del diario "Menorca"