VIGILANTE. Lo fue durante su etapa en el equipo de gobierno juntamente con los concejales entonces del PP, y promete seguir siéndolo con el gobierno PSOE-PSM

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Ll.A.C. Ciutadella
A una semana exacta del supuesto cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Ciutadella -hay que añadir la coletilla de supuesto, pues nunca se sabe-, Joan Triay mantiene su palabra de hacer alcaldesa a Pilar Carbonero y entregar el Ayuntamiento a PSOE y PSM. El concejal y presidente de Unió des Poble de Ciutadella de Menorca (UPCM) cumplirá su objetivo desde el 31 de julio de apartar del gobierno al Grupo Mixto. Él tenía la llave para hacerlo, y ahora abrirá una nueva etapa en la historia municipal.

Tiene usted la llave de la gobernabilidad.

Un gobierno de diez necesita un voto, y somos una de las llaves. Hemos hecho un acto de responsabilidad, lo que creemos mejor para Ciutadella tal y como están las cosas. No hay nada peor que este gobierno, y preferimos que gobierne gente con principios, aunque éstos estén muy alejados de los nuestros, antes que unos mercenarios de la política. Los tránsfugas no querían romper con UPCM, eso fue una cosa más. Querían seguir engañando al PP y a Ciutadella y conservar el poder. Para nosotros, más importante que tener o no la llave de la gobernabilidad es que Ciutadella vaya bien, y ahora mismo cualquier voto puede ser clave.
Claro, pero ustedes han sido la novia a la que todos han cortejado.
Lo hemos sido en diferentes momentos. Tuvimos buenas relaciones con gente del PP...

¿Con gente del PP, no con el partido en sí?

Con el partido las relaciones han sido oscilantes. Tras las elecciones tuvimos una mala etapa, cuando el señor Avel·lí Casasnovas (entonces presidente del partido) dijo que nosotros teníamos sus puertas más cerradas que otras formaciones. Después, y de la mano de Antònia Gener, tuvimos un acercamiento. Y ahora hemos tenido un gran acercamiento con el PSOE, no así con el PSM. Eso ha pasado cuando los tránsfugas han demostrado que lo único que tienen es el pragmatismo para aferrarse al poder a cualquier precio. Me hace gracia cuando desde este sector se nos llama tránsfugas ideológicos, cuando ellos han permitido que la izquierda ya estuviera gobernando en el Ayuntamiento aprobándoles todas las mociones que les interesaban. Por eso preferimos que gobierne la izquierda directamente y no que lo haga a través de unos señores que solamente buscan contrapartidas particulares que muchas veces van en detrimento del interés general.

Después de todo lo que ha pasado en estos meses, uno ya no puede descartar sorpresa alguna. Por eso le pregunto directamente si el próximo día 16 Pilar Carbonero será alcaldesa.

Por lo que depende de UPCM, sí. Personalmente me gustaría poder votar a Antònia Gener, porque es honrada y cercana ideológicamente a nuestro partido. Pero votarla es imposible. Primero porque no se puede formar gobierno con tres personas, que son las que tiene el PP. Además, suponiendo que los populares recuperaran sus diez concejales hay personas en su lista que son más de lo mismo y no nos inspiran confianza. Al PP ya le dimos una oportunidad de regenerarse. Creyeron que seríamos otro PMQ que diría sí a todo, y nosotros les hemos hecho cumplir sus acuerdos. Hablan de ingerencias, y las únicas que hemos cometido han sido para hacer cumplir los puntos pactados y la más elemental legalidad. Nos "entrometimos" en Binigarba, también cuando se eliminó un párrafo de un expediente de disciplina urbanística para obviar la responsabilidad de un constructor cercano a los tránsfugas, cuando pedimos una analítica para comprobar que el agua para riego estaba mal depurada... Ellos pensaban seguir con sus chanchullos y mirar por el interés particular. Volvería a cometer las mismas supuestas ingerencias que denuncian, pues es la obligación de un concejal impedir que se vulnere la legalidad.

Ellos dicen que usted quería gobernar todo el Ayuntamiento con un único concejal. ¿Lo intentaba?

Nunca me he injerido en las áreas que funcionaban con cierta normalidad. Pero cuando en ciertas áreas se pisotea el interés general, luego hay injerencias. Yo intervenía cuando vulneraban la legalidad o sus acuerdos con nuestro partido.
Las personas a las que ahora desbancarán del gobierno son las mismas con las que usted pactó a principio de mandato. Han pasado de gobernar juntos a tirarse los trastos por la cabeza. ¿Tanto han cambiado las cosas en este tiempo?
Con la única persona que ha habido una relación cordial y de coincidencia política es con Antònia Gener. Nosotros no firmamos con personas, lo hicimos con un partido. Las relaciones con las personas no eran cordiales. Sé lo que es estar dentro de un gobierno y tener que pensar cada segundo que tienes que impedir a ciertas personas que tomen decisiones contrarias a los acuerdos y al interés general. Estar juntos no implica estar revueltos. Pero es que todo cambió de la noche a la mañana. Ya habíamos tenido tensiones fuertes, yo no asistía a ninguna junta de gobierno en las últimas semanas, porque no estaba de acuerdo en lo que hacían con el cementerio. De hecho, en la comisión de seguimiento de la semana del 31 de julio ya les advertimos que si en octubre no estaba solucionado el tema del cementerio, romperíamos los acuerdos. El día 31 de julio Antònia Salord ordenó el envío del fax en que informaba de la decisión de dejar el PP mientras estaba en una reunión conmigo, después de que yo no cediera en unos temas en que otra vez defendía el interés particular. Cometieron una traición a su partido, a sus votantes, a los acuerdos firmados con nosotros, un acto de transfuguismo, por mucho que ellos digan que no son tránsfugas. Pero es que a mí lo que diga Antònia Salord no me importa. Al contrario, me preocuparía si hablara bien de mí.

Cuando firmó el pacto con el PP, ¿tenía esperanzas de que la cosa funcionaría?

Sí, porque creo que todo el mundo se puede regenerar. No conocíamos a las personas a fondo como las hemos conocido ahora. Habían firmado un acuerdo pero hacían todo lo posible por no cumplirlo, y eso a nosotros nos obligaba a dedicar más tiempo a hacer que se cumplieran los acuerdos y a que se respetara el interés general que no a controlar nuestras áreas. Además, ellos no encajaron de ningún modo la comisión Nerer. Las relaciones se iban deteriorando, pues creo que pensaban que yo haría la vista gorda y encubriría, e hice todo lo contrario. Estoy muy satisfecho del trabajo realizado.

Algunos hablan de que usted ha llegado a ensañarse con el grupo mixto, con el sector 'avelinista' del PP y con el propio Avel·lí Casasnovas.
Quienes se han ensañado han sido ellos con el pueblo de Ciutadella, al que han perjudicado tal y como se puede ver en asuntos como el de CITUR. Pero es que yo tengo una ventaja: la razón política. El ensañamiento ha sido de ellos hacia mí, cuando organizaron algunos montajes para perjudicarme, como el tema de Ets Aljubs, su cantera y presuntos favoritismos. Y es que yo he sido igual de duro o más con las personas próximas a mí que con el resto de la gente.

Volvamos al 16 de marzo. Cambiará el gobierno, ¿y después?

Las cosas irán mejor en Ciutadella, de entrada porque peor no pueden ir. Además, creo que la integridad personal de quien asumirá el gobierno supera y mucho la del Grupo Mixto. Nuestras relaciones con los partidos que gobernarán nunca han sido tensas, siempre ha habido una relación cordial y nosotros apoyábamos sus propuestas si las considerábamos positivas. A partir de ahora, la actitud que adopte el Grupo Mixto nos es totalmente igual, pues son unos falsarios. Eso sí, como su capacidad de agresión es alta, nosotros nos seguiremos defendiendo de unas personas que ven la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el suyo.

En el pleno de la dimisión de Brondo, Antònia Salord le recordó que una abstención de UPCM facilitaría que Antònia Gener fuera alcaldesa. ¿Ha habido algún intento de hacerles cambiar de opinión?

Hubo una reunión con tres personas del PP tras el anuncio de Brondo. Entre los asistentes estaba el presidente insular de los populares, quien nos expuso si podíamos contemplar esta posibilidad. Le dijimos que no. Primero, porque el PP se ha quedado a medio camino de la renovación que anunciaron. También porque hay unas personas en la lista de los populares de la misma tendencia que los tránsfugas, y nunca volveremos a gobernar con gente de ese sector. Además, ¿cómo podemos votar un partido que tiene tres concejales? Hemos recibido muchas presiones de particulares pertenecientes a un sector del PP, pero no creo que puedan formar gobierno la señora Gener, el señor Salord y la señora Pons. Sólo podrían gobernar con los tránsfugas, y nosotros no lo queremos y creo que ellos tampoco.

A partir del día 16 habrá en Ciutadella un gobierno de izquierdas gracias a UPCM pero sin UPCM. ¿Hay contraprestaciones a este apoyo?
No. El PSM ha sido intransigente con nosotros, y sabemos que podíamos haber mantenido el tipo hasta que los nacionalistas hubieran cedido. Pero teníamos miedo a que mientras esperáramos se presentara un presupuesto ligado a una cuestión de confianza que habría quebrado el Ayuntamiento. Ante esto hemos tenido que hacer un acto de responsabilidad a pesar de la actitud excluyente del PSM. No podíamos seguir jugando con el tiempo a riesgo de que la situación en el Ayuntamiento pasara de muy grave a irreversible. Alguien tenía que ceder, y propuse que fuéramos nosotros. No es síntoma de debilidad, sino de responsabilidad. No hay nada más tras esta decisión.

Es que esto no es a lo que estamos acostumbrados en las negociaciones políticas. Normalmente no se da un voto sin recibir nada a cambio. Cuesta entenderlo.

Somos diferentes, y lo hemos demostrado desde el inicio de las conversaciones a cuatro. El primer día ya dijimos que queríamos participar en el gobierno, y nada más. Ni alcaldías, ni tenencias de alcaldía... En la última negociación, la de la moción de censura, teníamos dos opciones: un gobierno de izquierdas del que el PSM nos excluía, o que siguieran gobernando los mixtos. Lo normal era que nosotros pudiéramos participar en el gobierno, y en este sentido hemos oído algunos disparates por parte de sectores del PP y del PSM como decir que un gobierno con nosotros no era garantía de estabilidad porque cuando gobernamos con el PP no se lo habíamos apoyado todo. Es absurdo que se nos reproche que no votáramos ciegamente, y que se nos critique la independencia que no supo tener en su día Llorenç Casasnovas. Ahora, entre dos opciones optamos por la que entendemos mejor. Entre una persona corrupta de derechas, y otra honrada de izquierdas, siempre escogeremos la segunda. Sabemos que el nuevo equipo de gobierno actuará con ética. Seguro que alguno de sus principios no coincidirá con los nuestros, pero entonces ya procuraremos que no se aplique usando nuestro voto. Pero esperamos un gobierno de gestión, poco ideológico y con los pies en el suelo sabedor de que está en minoría. Ellos saben que para todo lo que sea bueno para Ciutadella no tendrán ningún problema con nosotros. No obstante, cuidado con el nombre que ha escogido el PSM de gobierno ideológico de izquierdas, porque no es el más oportuno ahora mismo.

¿Su actitud será la de vigilancia?

Vigilantes como partido de la oposición, pero con actitud de colaboración con todo lo que sea gestión. En eso saben que pueden contar con nosotros. Evidentemente, tenemos nuestros límites, pero ahora mismo no veo muchas diferencias en asuntos programáticos. En todo lo que sea gestión a favor de Ciutadella, austeridad, búsqueda de soluciones para superar la crisis y el desbarajuste de estos últimos meses, podrán contar con nosotros.

¿UPCM ha salido reforzado de todo este episodio?

UPCM se está reforzando desde su creación. Cuando comenzamos éramos unas 30 personas; ahora tenemos unos 200 militantes. Hemos defendido nuestros principios, y hemos ocupado un espacio de derechas que estaba libre. Somos de derechas en los principios, pero en la parte económica y social somos más avanzados que otros. Cuando un partido es fiel a sus principios y es coherente, se refuerza. Desde el 31 de julio se ha acelerado nuestro crecimiento, incluso con votantes de izquierdas. Nos hemos reforzado, porque hemos sido los más claros, los que hemos luchado verdaderamente contra los tránsfugas. Nuestro único secreto es la coherencia, llamar a las cosas por su nombre y que tenemos claro que nuestro partido es un medio para conseguir lo mejor para el pueblo, no un fin en sí mismo.