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Ll.A.C. Ciutadella
Ellos también se han sentado en la misma silla que Llorenç Brondo abandonó el pasado miércoles, y conocen los entresijos del Ayuntamiento. Ahora, con el Consistorio convulso, los ex alcaldes de Ciutadella valoran muy negativamente la situación actual, y fijan sus esperanzas en un nuevo gobierno municipal formado por PSOE y PSM, a pesar de admitir que la salida a la crisis actual no es fácil.
Antoni Orell es uno de los más directos al asegurar que Brondo no debería haber tardado tanto en dimitir. De entrada, considera que cuando todo comenzó, el 31 de julio, ya se debería haber hallado una solución. Una vez esto no se hizo, Orell considera que Brondo "debería haberse ido mucho antes, cuando vio que su proyecto no tenía ninguna posibilidad de seguir adelante". Es una opinión compartida por otro ex alcalde socialista, Antoni Salvador, quien se pregunta "¿de qué ha servido toda esta agonía?". Salvador comparte opinión con Pau Lluch, al considerar que Brondo ha dejado el cargo para no ser recordado como el alcalde al que se le echó. "Es una manera de no dar la cara", mantiene Salvador. "Se ha ido para no ser el primer alcalde de la democracia que pasa una moción de censura", opina Lluch.

Todos los ex alcaldes consideran que la crisis vivida desde el 31 de julio ha dañado y mucho la imagen que proyecta Ciutadella, sobre todo la de su Ayuntamiento. Josep Carretero, ex alcalde del PP, quien elude entrar en valoraciones más extensas, apunta que "todo esto no ha sido bueno para nadie". Biel Allès esgrime que "ha sido lamentable para Ciutadella, nunca debería haberse llegado a este extremo.

Cada uno ha ido a su aire, mirando por sus propios intereses. Además, tengo la sensación que han existido temas personales". Una aseveración, esta última, que comparte Pau Lluch, quien asegura que "la crispación ha llegado a tal nivel que se han perjudicado las relaciones personales, y así es imposible llegar a un acuerdo y gobernar, cuando se pierde una herramienta básica como el diálogo". Assumpta Vinent, quien actualmente es presidenta del PP de Ciutadella, asegura que "mucha gente no entiende lo que ha pasado, y no se merecen una situación como esta".

Con el diagnóstico compartido de una crisis que ha perjudicado Ciutadella, son mayoría los ex alcaldes que expresan su confianza en que la institución saldrá a flote si entra un nuevo gobierno, en este caso formado por PSOE y PSM. "Hay gente suficientemente capaz, y si trabajan por el bien del pueblo y pensando en descongestionar la situación actual, el pueblo se lo agradecerá", asegura Biel Allès. De hecho, tanto él como los otros ex alcaldes confían en que un gobierno con 'seny' (ésta es la expresión utilizada por todos) pueda hacer olvidar a los ciudadanos la situación vivida y evitar que se distancien aún más de los políticos.

"Es esperanzador que pueda entrar gente nueva, fuego nuevo. Esto abre expectativas muy positivas", defiende Pau Lluch. Antoni Salvador avanza que "no hay ninguna solución brillante, pero los que apoyaban la moción de censura deben ser los mismos que ahora recuperen la dignidad política para Ciutadella". Antoni Orell, por su parte, mantiene que "no hay otra salida para el Ayuntamiento". Sea como sea, estos seis ex ediles ven como ahora se les suma otro compañero al club de los ex, Llorenç Brondo.