fundador de fagme. Joan Pons Anglada, ayer en su despacho, agradeció el apoyo de socios y directivos

TW
0

Laura Bañón Ciutadella
Joan Pons Anglada (Ciutadella, 1935) deja la presidencia de FAGME tras 17 años al frente de la organización profesional agraria. Su largo mandato no ha pasado desapercibido, por su personalidad y temperamento y como protagonista de episodios sonados, como el acto de protesta en el Consell que propició la creación de Sa Roqueta en Ciutadella o la tractorada del pasado mes de octubre. Pons Anglada se jubila del cargo y deja paso a la renovación, con la entrada de Pau Bosch, el joven l'amo del Lloc-nou, como presidente. El pasado viernes, la directiva y socios de FAGME homenajearon a su fundador en Son Olivaret.

¿Por qué fundó FAGME?
Corría el año 1991 y el campo empezaba a ir mal. Un grupo de payeses me vinieron a buscar para liderar la creación de una OPA con el objetivo de defender los intereses del sector y para presionar a la Administración. Acepté la propuesta de buen gusto.

¿De dónde proviene su vinculación con el campo?
De toda la vida, por la propiedad de la familia de fincas rústicas. Siempre he sido un enamorado del campo y de su gente, los que mantienen el paisaje y las costumbres. De hecho, el campo es una de mis aficiones, además de la familia, la ecología y la fotografía.

¿Cómo deja la asociación?
Me considero un buen administrador, dejo la entidad con una situación económica inmejorable y con 145 socios. Aunque está lejos de las 900 personas que logramos reunir hace años en el hotel Falcó. Es una muestra más de que cada vez hay menos payeses.

FAGME integra a propietarios y payeses, ¿quiere decir que comparten los mismos intereses?
Cuando hay dificultades la gente se une. En verdad no son los mismos intereses, pero la situación hace que se unan en beneficio del sector.

Como presidente de FAGME, ¿de qué se siente orgulloso de haber conseguido?
El apoyo de todos los socios y de la junta directiva que han hecho piña conmigo. Esto ha permitido que consiguiéramos la electrificación de 15 fincas y la implantación de la telefonía rural. No pudimos traer a Ciutadella la sede de la Conselleria de Agricultura porque dos ciutadellencs nos traicionaron, aunque como mal menor logramos que se abriera Sa Roqueta y evitamos los traslados de los payeses a Maó para realizar gestiones. También conseguimos parar la matanza de corderos por la lengua azul. Estoy convencido que la medida era para favorecer la repoblación con cabezas de Mallorca. Nuestra presión hizo recapacitar a la entonces consellera Ester Riudavets.

Alguna anécdota para recordar...
Con la ayuda de mi primo Pepe Sintes, que fue jefe de seguridad de la Casa Real, regalamos un caballo al Rey para promocionar la raza de Menorca. Lo llevamos a Madrid y la Guardia Real formó para nosotros, incluso me tocó pasar delante de los guardias ¡como si fuera el presidente de Estados Unidos!

¿Cómo son los contactos de FAGME con el resto de organizaciones agrarias?
Un poco asépticos. Hemos seguido caminos diferentes. Nosotros hemos dejado los beneficios personales en favor de los sociales.

¿Y la relación con la Conselleria insular de Agricultura después de la tractorada?
Los que han ocupado últimamente la Conselleria, al menos los últimos tres cargos, creo que no estaban ni preparados ni conocían el campo. Y todos ellos, incluida Antònia Allès, no han hecho más que decir mentiras y engañar a la gente. Un ejemplo, el día de la tractorada dijo delante de todos que antes de Navidad los payeses cobrarían el Pro-agro, después dijo que sólo había 6 fincas sin electrificar, cuando presentamos 25 solicitudes registradas. Dijo que subvencionaría el 50 por cien la electrificación de fincas cuando no hay ningún decreto que lo apoye. Los cargos públicos que mienten deberían ir a la cárcel.

¿Consiguió alguna cosa la tractorada?
Hace unos años hubieran participado 3 tractores, y vinieron 50. Es porque la gente del campo se siente engañada continuamente con las promesas que hacen los políticos. Deberían poner al frente gente que conozca bien el sector y sobre todo, no crear cargos de confianza, que es una de las lacras de la Administración. La tractorada ha servido para sensibilizar a la gente y ha hecho que los días posteriores haya habido todo tipo de manifestaciones políticas. La consellera se lo pasó mal.

Algunos comentarios han apuntado que la tractorada fue como la despedida a lo grande de Joan Pons...
En Ciutadella es una constante que ante cualquier proyecto o manifestación la gente se divida. Para contrarrestar el éxito de la tractorada se entretuvieron en decir que el acto lo había organizado yo como despedida triunfal, cuando en realidad no necesito mover a gente muy respetable para darme prestigio. También se comentó que la organicé en represalia porque no me dieron el cargo de conseller de Agricultura. Desde luego si yo hubiera ocupado el cargo, por mis conocimientos y honestidad, el campo no estaría como está.

Realmente, ¿cree que no hay alguna iniciativa positiva impulsada desde la Conselleria?
No conozco nada más que el apoyo a la agricultura ecológica, que no tiene ningún contenido económico y que viene promocionada por la izquierda más reconcentrada.

¿Tampoco considera beneficiosa la creación del Consell Agrari?
No sirve para nada más que para perder el tiempo. Lo que pasa es que Antònia Allès ha ampliado el número de componentes, lo que hace que se convierta en un gallinero y nunca se llegue a conclusiones interesantes. No me parece correcto que la consellera ofrezca ruedas de prensa sin la participación de los miembros, porque los administrados no tienen la oportunidad de expresar su opinión. La consellera ha creado, por ejemplo, la Mesa láctea; impulsa diferentes organismos a los que intenta pasar la responsabilidad.

¿Hay política en el campo?
Sí, sobre todo de los que ocupan cargos dentro de las OPAs que sólo miran por el beneficio propio.

El campo vive una situación difícil, ¿qué medidas propone?
La situación del campo no es difícil, es imposible. Hay sectores que dicen que es injusto que nos den subvenciones. No entraré a discutir el tema porque es la sociedad que debe decidir si le interesa el campo y mantener paisajes como el que ofrece Es Pla Verd, que es una preciosidad. Cuando la sociedad haya decidido si conviene o no, en caso de que sea que sí, debemos ayudar aún más al campo.

¿Qué aconseja al nuevo presidente de FAGME?
Aunque no me guste dar consejos, porque a mi edad pueden ser paternalistas, estoy convencido que el nuevo presidente lo hará muy bien. Le recomendaría que defienda los valores tradicionales como la honradez, la dignidad, el amor propio, la lealtad, la caridad y el altruismo. Además cuenta con una buena junta directiva.

¿Qué opina del cierre del Caserío?
Desgraciadamente lo que se impondrá es la ley, que permitirá que Kraft se quede o se vaya. Me parece muy bien la presión social, entiendo el drama para las familias de perder el puesto de trabajo.

Y ahora ¿qué hará Joan Pons?
Ayudar al sector deportivo y cultural, especialmente al equipo de voleibol de Ciutadella, por su labor por el futuro de la juventud. FAGME patrocina la Copa de la Reina. No comparto el reparto de subvenciones respecto a otros equipos ni el diferente trato en los medios de comunicación. También me dedicaré a la fotografía, mi otra gran pasión.