Pons ha afirmado que hace poco más de dos años el Ayuntamiento de Es Castell informó de la redacción del proyecto de dotación de infraestructuras de Trebalúger por un importe de 3 millones de euros, con la ejecución de las obras en tres fases, según el cual el Govern balear asumiría el coste del alcantarillado en alta; el Ayuntamiento sufragaría el alumbrado público y la pavimentación asfáltica de los viales mediante los planes de cooperación insular; mientras que los vecinos se harían cargo del 90 por ciento de 1.750.000 euros correspondiente al alcantarillado en baja, lo que representaba un promedio de 6.000 euros por vivienda.
Según Pons, el Ayuntamiento se había comprometido a conseguir subvenciones destinadas a reducir la aportación vecinal, como el Fondo Estatal de Inversiones Locales, por lo que ahora se muestra decepcionado al haber recibido por escrito que el Ayuntamiento descarta incluir Trebalúger en dicho plan. Pons asegura que la Asociación de Vecinos se siente discriminada, denuncia el agravio comparativo con otras urbanizaciones del municipio y remarca que el Ayuntamiento recauda un promedio de 300.000 euros cada año en concepto de impuestos en Trebalúger, cuando éste carece de alcantarillado, abastecimiento, aceras y alumbrado en condiciones. Según Pons, Trebalúger ha sido solidario durante muchos años con el resto del municipio y ha asegurado que el núcleo tiene impuestos de primera y servicios de regional.
El vocal de la entidad, Joan Martínez, ha recordado la transfomación de Trebalúger como caserío rural con una docena de casas a una urbanización con casi 300 viviendas, aunque sin un proyecto urbanístico definido ni la dotación de los correspondientes servicios públicos. Martínez se ha referido a la falta de seguridad vial en la zona, sobre todo en el cruce de acceso existente en la carretera de Es Castell a Sant Lluís, y que, hasta hace poco, no se disponía de una mínima señalización vertical para ordenar el tráfico interior. Además, se lamenta de que desde el Ayuntamiento se aluda a que la urbanización no esté recepcionada ante la falta de inversiones municipales y, en cambio, no haya problemas para recaudar los impuestos municipales. Por ello, se pregunta cuándo le tocará el turno a Trebalúger para subsanar el déficit de servicios públicos.
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