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Marga Vives Palma
El Govern busca la implicación del Ministerio de Trabajo en las gestiones para impedir el cierre de la fábrica de El Caserío de Maó. En la reunión del próximo lunes se estudiará la fórmula para evitar el traslado de la producción fuera de la Isla.

Se plantea una acción "unitaria e institucional", de la que poco ha avanzado la portavoz del Ejecutivo autonómico, y consellera de Trabajo y Formación. Sin embargo Joana Barceló explicó ayer que plantearán al Gobierno central "las oportunidades de actuación pública para conservar la producción de Kraft en Menorca". "Se trata de establecer estrategias con el Ministerio, que es el que resuelve cuando un expediente afecta a más de una comunidad autónoma", añadió.

A través de un comunicado en la "web" del Govern, ayer Barceló tomó partido oficialmente en el conflicto, y se postuló en defensa de los intereses de los trabajadores, al precisar que la Conselleria permanecerá "al lado del comité de empresa y de la plantilla".

Cierre injustificado
La consellera reiteró que Kraft "no ha justificado en ningún momento ninguna motivación, ni económica ni de bajada de la producción, para cerrar la fábrica de Maó". "Es una manifestación de voluntades que no ha sido demostrada y el proceso nos preocupa, porque es el anuncio de una compañía que se quiere deslocalizar", precisó. Por este motivo, el Govern se postula "inicialmente en contra del anuncio efectuado por la multinacional".

En el encuentro en Madrid con el director general de Trabajo del Ministerio, José Luis Villar, la delegación balear informará de los contactos que se han llevado a cabo en la última semana con los representantes de la plantilla de trabajadores de Kraft en Menorca y trasladará la preocupación que existe en la Isla por las repercusiones negativas que el cierre de la factoría tendrá en otras actividades, como el sector de la producción lechera y las empresas de distribución que actualmente mantienen vínculos empresariales con El Caserío.

Oportunidad de futuro para los trabajadores de Spanair
La Consellera de Trabajo aseguró ayer que la compra de Spanair por parte de un grupo de inversores catalanes "tiene un aspecto positivo para los trabajadores, porque permitirá a la compañía seguir creciendo y eso supondrá estabilidad para la plantilla".

Joana Barceló reconoció que "es duro" que, previsiblemente, la sede de Spanair se traslade a Catalunya, algo que consideró como lo más probable, aunque afirmó que "este tema aún no está cerrado".

Barceló explicó que el Govern trabaja "para estructurar medidas que sirvan para consolidar compañías aéreas vinculadas a Balears, con acciones ligadas a la formación", sobre todo en el área de mantenimiento técnico de aeronaves. Esta estrategia servirá para otros sectores relacionados con el turismo, como el de la industria náutica.

En el caso de las industrias tradicionales -entre las que se inscribiría El Caserío-, la consellera subrayó la labor desarrollada desde la Conselleria de Comercio, Industria y Energía para "ayudar a consolidar y ofrecer garantías de estabilidad".
Joana Barceló recordó que este sector posee empleo cualificado y no estacional, que contribuye a consolidar la diversificación económica de Balears, y que, cuando se pierden estos puestos de trabajo "ya no se pueden recuperar".