La nave en la que se almacenó el alijo de hachís incautado este fin de semana en Maó no llevaba mucho tiempo alquilada, concretamente desde mediados del pasado mes de diciembre, y el objeto del contrato de arrendamiento era el almacenamiento y mantenimiento de material contraincendios.
Situada en la calle Binimaimut de la primera fase del Polígono Industrial de Maó, la nave ha sido precintada por la Guardia Civil, sin que desde la Dirección Insular de la Administración del Estado se hayan facilitado datos sobre la operación antidroga, que se saldó con la intervención de casi dos toneladas y media de hachís repartidas en fardos y presuntamente procedentes del norte de África. La droga habría sido introducida en Menorca, a principios de este mes, vía marítima para su posterior distribución en la Península, lo que confirma que las Islas se han convertido en un puente en la ruta del narcotráfico hacia Barcelona o Valencia, desde donde se distribuye la mercancía hacia otras ciudades europeas.
Según ha podido conocer el "Menorca", la nave de POIMA, de unos 250 metros cuadrados de superficie, fue alquilada por una sola persona, de nacionalidad española, aunque la identidad de los cuatro detenidos en la intervención policial sigue sin darse a conocer oficialmente. Las cuatro personas detenidas por su presunta implicación en los hechos residían en una vivienda adosada de la urbanización Jardins de Malbúger.
El registro del almacén se llevó a cabo el viernes pasado, cuando en una primera inspección agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional comprobaron la existencia de la droga en el interior de la nave para, con posterioridad, proceder a la detención de los presuntos traficantes.
Con lanchas
En el interior de la nave también se halló una zodiac de unos 4 o 5 metros con la que se sospecha que se realizaba el traslado de la droga desde un 'barco nodriza' hasta algún punto de la costa menorquina, para su posterior almacenamiento en el Polígono de Maó.
La operación ha sido coordinada por agentes de fuera de la Isla y no se descarta que el alijo hubiera sido ya parcialmente distribuido, por lo que el hachís hallado en POIMA no sería la totalidad del desembarcado en Menorca. De hecho, no es la primera vez que se incauta una gran cantidad de hachís llegada a la Isla, donde se queda una pequeña cantidad que se vende en el mercado local, mientras el grueso del alijo sigue su itinerario hacia la Península y el norte de Europa, especialmente los Países Bajos.
En la última década Balears se ha convertido en una nueva puerta de entrada de la droga a Europa, dado el aumento de la vigilancia en Andalucía, lo que ha hecho que el tránsito se desvíe hacia la Comunidad Valenciana y Catalunya con escala en Menorca, Mallorca y Eivissa. En 2008 el Parlament balear solicitó a Madrid el aumento de la vigilancia costera y la instalación de radares en todas las Islas, un sistema cuya puesta en funcionamiento se ha retrasado hasta mediados de 2010.
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