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Autoficha
Me llamo Olga Argelich Pino y tengo 34 años. Nací en Olesa de Montserrat (Barcelona), pero vivo en Es Migjorn. Anteriormente me dedicaba al interiorismo, pero ahora soy terapeuta de shiatsu y movimiento. Me encanta todo lo que sea trabajar con las manos, aprender oficios antiguos que están en desuso y conocer la naturaleza en todos los sentidos.

¿Cuándo y por qué decides instalarte en Menorca?

La primera vez que llegué a la Isla fue en 1998. Los siguientes tres años estuve viniendo de forma esporádica hasta que en 2001 decidí fijar aquí mi residencia. Me sentí como en casa. Creo que Menorca es como un pequeño mundo de proporciones muy adecuadas al ser humano. Posee todo, agua y tierra, y aunque parece pequeña siempre descubres algo nuevo cuando paseas por ella. Algo que me sorprendió fue que hay mucho cielo, en las grandes ciudades es todo lo contrario.Una vez que se instala en Menorca,

¿por qué decide dedicarse al shiatsu?

En principio, llegué a la Isla con la intención de tomarme un año sabático, lo que pasa es que, desde que vivía en Barcelona, el shiatsu se puede decir que "me perseguía". Siempre veía carteles o escuelas sobre ello. Cuando llegué aquí, me encontré con que se iba a iniciar el primer curso de shiatsu que se realizaba en Menorca. No conocía nada sobre él, pero decidí meterme de lleno. El curso, que se llevaba a cabo en Ciutadella, duró 3 años y yo lo iba compaginando con el interiorismo, hasta que actualmente es a lo que me dedico principalmente.

¿En qué consiste el shiatsu?


A diferencia del shiatsu tradicional, que trabaja meridianos y puntos de acupuntura, el shiatsu y movimiento lo crea Bill Palmer a través del estudio del movimiento en los bebés recién nacidos con problemas de desarrollo. Se da cuenta de cuán importante es la movilidad en el cuerpo para mantenerlo sano. La terapia se realiza sobre un futón en el suelo para tener amplitud y libertad de movimientos. El receptor se viste con ropa cómoda y recibe un masaje de manera interactiva, es decir, que en cualquier momento puede expresar sus emociones.


¿A quién estaría recomendado?


Se recomienda a todo tipo de personas. Es una terapia de prevención y no tiene efectos secundarios, ni es invasiva, se respeta el límite del receptor. El terapeuta acompaña, no soluciona. El trabajo está en ser consciente uno mismo de sus limitaciones y poder observar los progresos a medida que se realizan sesiones. Hay personas que llegan con problemas posturales o también con traumas o bloqueos sufridos en cualquier momento de la vida y que no se hayan podido expresar, quedan almacenados y no nos permiten ser felices del todo.

¿Qué planes de futuro tiene?


Me gustaría seguir este camino porque es muy enriquecedor, aprender de uno mismo, no esperar que las soluciones lleguen de fuera... Quisiera poder transmitirlo.