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Autoficha
Mi nombre es Roberto Schwab y tengo 52 años. Soy hijo de alemanes que emigraron a Argentina, así que nací en Buenos Aires. Tras vivir en Alemania y Barcelona, decidí instalarme en Menorca hace 10 años. Actualmente vivo en Es Castell. Mis aficiones son practicar remo, la náutica, viajar y la fotografía.

¿Por qué decidió venir a vivir a Menorca?
La verdad es que yo no sabía mucho acerca de la Isla, sólo el nombre y dónde se situaba. Llegué aquí de casualidad. Por aquel entonces, yo estaba viviendo en Barcelona llevando la representación de una empresa alemana, de hecho estuve viviendo en la ciudad durante 12 años. Fue cuando el antiguo dueño de la clínica dental, a quien yo conocía, me comentó que quería traspasarla. Influyeron muchos factores para que yo tomara la decisión de subirme a ese tren, fue una oportunidad que no pude dejar pasar.

¿Cuál fue la primera impresión al llegar a la Isla?
El hecho de decidir instalarme aquí vino movido por una búsqueda de cambio de vida. Me impactó la tranquilidad y lo encantador de este lugar. No tuve ningún problema, se me recibió y se me trató estupendamente. He vivido muchas cosas buenas tanto a nivel laboral como personal, así que no me arrepiento para nada de haber tomado la decisión de venir a vivir a Menorca.

¿En qué consiste exactamente su trabajo?
Me ocupo de llevar la gestión comercial y administrativa del establecimiento, básicamente, las tareas propias que conlleva la gerencia. La parte que más me gusta es estar en contacto con el público, tratar con los pacientes... la gestión con el personal en general.

¿Qué tipo de tratamientos son los que más se solicitan en la clínica?
Aquellos en los que hay que aplicar las nuevas tecnologías. La gente está cada vez más concienciada de lo importante que es tener una buena salud bucal. Cada vez hay más información y ello requiere estar al día de los últimos avances en la materia.

¿De qué manera ha podido influir la crisis en su negocio?
Claramente, la crisis se ha notado. Muchas personas se tratan lo estrictamente necesario, postergando tratamientos más complejos que quizá deberían realizarse ahora. Hay que tener en cuenta que mucha gente no puede acceder fácilmente a este tipo de servicios por lo que hay que recurrir a la financiación de manera notable.

¿Algún caso curioso que haya ocurrido en la clínica?
Una vez una chica boliviana nos pidió oro visible en un sector de la parte anterior de la boca. En su país existe la cultura de los dientes de oro pero aquí es algo que no se realiza desde hace muchos años.

¿Cómo se plantea el futuro?
Una vez que pase la crisis me gustaría poder abrir otra sucursal en algún otro punto de la Isla. Y una vez que me jubile me gustaría cultivar mis aficiones. Aún no sé si me quedaré aquí o no, aunque la idea es quedarme, no me lo he planteado... faltan muchos años para eso.

¿A qué le hubiera gustado dedicarse de no ser gerente?
Me hubiera gustado ser comandante de vuelo porque me encanta viajar y volar en avión. Estoy planteándome dar unas horas y sacarme el título primario de piloto.