Un gran pueblo y una gran fiesta

Al ritmo del fabiol, la comitiva de las fiestas entraba en la iglesia a las 10.35 horas. En su habitual tono cercano, durante la celebración de la misa, Tutzó ensalzó el papel de la fe, «el tesoro más grande que tenemos», e invitó a los cristianos a revivir el espíritu de la fiesta «en el día a día» porque «la vida es preciosa, un regalo a cada minuto». Tras la homilía, los caixers cumplieron con la tradición de repartir el aigua-ros entre los fieles.

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A continuación, de nuevo al son del fabiol y el tambor, la comitiva se dirigió a por los caballos para reemprender la qualcada. Tras dar un par de vueltas por las calles más céntricas, cuando pasaban diez minutos del mediodía, el caixer batle, Pere Moll, hizo entrada en Sa Plaça al ritmo de la melodía del «Gato montes», iniciando así un espectacular Jaleo que se prolongó en su primera vuelta durante cerca de 40 minutos. Sobre las 15.15 horas, al finalizar el Jaleo, los miembros del consistorio procedieron a entregar a caixers y cavallers las canyes verdes i la cullereta de plata.

La fiesta entró en su recta final con el pasacalles de la Banda des Migjorn y la tradicional samba para acompañar a la comitiva hasta el antiguo consistorio y participar en la beguda popular. La fiesta, ya de otro tipo, se recuperó por la tarde con las actuaciones musicales de Greg Bannis, cantante del famoso grupo Hot Chocolate, y de nuevo la Orquestra Huracán. El broche final a Sant Cristófol de Ses Corregudes llegará este lunes con un programa de actos en el que cabe destacar el tradicional Jaleo d'Ases, a partir de las 21 horas en Sa Plaça.