El Teatre des Born de Ciutadella fue el escenario de la segunda fecha de la Gala de danza Festival Monte Toro. | Katerina Pu

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Este domingo y bajo la dirección del bailarín estrella de la Ópera de París, Germain Louvet, y Alessio Carbone, el Teatre des Born de Ciutadella fue el escenario de la segunda fecha de la Gala de danza Festival Monte Toro.

Con piezas que abarcaron desde Mozart hasta Thomas Newman, una sala repleta disfrutó de las nueve obras que evidenciaron la alta calidad del festival que tuvo su primera función el sábado en el Teatre Principal de Maó.

Desde el primer número, Donizetti pas de deux, el fondo azul del escenario enmarcaba la precisión feroz de los movimientos de Apolline Anquetil y Alexandre Boccara. Cada giro parecía una extensión natural de la música. Le siguió Grand Pas Classique, donde Nais Duboscq y Antonio Conforti cautivaron con su virtuosismo técnico, provocando aplausos espontáneos.

En Le Parc, de Angelin Preljocaj, la neozelandesa-japonesa Hannah O'Neill, Danseuse Étoile desde 2023, y Louvet nos transportaron con su maestría al corazón de la obra. El sonido de sus caricias parecía dirigir la música de Mozart, generando una conexión íntima con el público. Que fue seguido por la interpretación de Clara Mousseigne y Francesco Mura de Don Quichotte.

Con piezas que abarcaron desde Mozart hasta Thomas Newman, una sala repleta disfrutó de las nueve obras que evidenciaron la alta calidad del festiva. | Katerina Pu

La noche cambió de tono con la llegada de Indomptés, de Claude Brumachon. Con los torsos desnudos de Alexandre Boccara y Andrea Sarri, el minimalismo de Wim Mertens intensificó la sensación de lucha interna entre los cuerpos de los intérpretes.

Árbakkinn, con coreografía de Simone Valastro, comenzó con un recitado en islandés, idioma natal del compositor Ólafur Arnalds, y un solo de Mousseigne. Cuando su compañero, Antonio Conforti, se unió a ella, en un escenario bañado por un azul profundo, la iluminación jugaba con los tonos de sus ropas, creando una atmósfera hipnótica. Una muestra rotunda del impecable montaje realizado por el equipo técnico del Teatre des Born, dirigido por Josep Marquès.

Una conmovedora interpretación de Nais Duboscq en La mort du cygne, fue uno de los momentos más emotivos de la noche antecediendo el trabajo de Alan Lucien Øyen: And Carolyn, que en 2021 fue incorporado al repertorio de la Ópera de París. Con la música de Thomas Newman, extraída de la película American Beauty, Anquetil y Sarri transformaron el escenario en un lienzo donde el público pudo interpretar cada movimiento como un eco de las palabras y silencios del texto de Alan Ball.

La noche culminó con Sonatine, de George Balanchine, una pieza que cerró la gala con una nota de elegancia pura. O’Neill y Louvet regresaron al escenario para una última actuación, fundiendo sus cuerpos con la música de Ravel. Fue un cierre sublime para una velada que quedará grabada en la memoria de los espectadores.

El Festival Gala de Monte Toro fue una celebración del arte de primer nivel en nuestra isla, organizado por PHO Menorca bajo la presidencia de Pascal Houzelot y el empuje de Mónica Pons como vicepresidenta. Este evento es un claro ejemplo de que Menorca va más allá de las estaciones y del turismo. Hoy, cuatro meses después de decidir hacer de Ciutadella mi hogar, y tras un fin de semana cargado de arte, títeres y danza, soy testigos de cómo Menorca se afianza como un escenario vibrante donde la cultura y la belleza perduran en esta tierra mágica.

Com diuen, «Menorca és un paradís», un privilegio que nos acompaña durante todo el año.