«¿Quién no escribe sobre cosas personales?», se pregunta la dramaturga menorquina Aina Tur. «De una manera u otra, creo que todos volcamos nuestras experiencias en los textos, ya sea de una forma más o menos evidente o voluntaria», responde. Y eso es lo que ha hecho en la nueva obra que ha escrito y dirigido, «Sis Hectàrees d'Oliveres», que se estrenó el pasado 2 de julio en el Heartbreak Hotel de Barcelona, dentro de la programación del Festival Grec, y que el próximo noviembre volverá a escena dentro de Temporada Alta, muestras ambas que también figuran como coproductores del espectáculo.
Lo que en su día nació como un texto corto para participar en un torneo de dramaturgia y que versaba sobre un pequeño trauma de la autora, «desde pequeña había tenido miedo a las aceitunas y de repente un día entendí por qué», rememora, no ganó en el certamen en cuestión, pero fue cogiendo cuerpo con el tiempo. Poco después, la menorquina fue invitada a visitar Chile para con su anterior obra, «Una galaxia de luciérnagas», hacer una lectura dramatizada en el Centro Cultural Gabriela Mistral, y de paso hacer una residencia de escritura en la que el proyecto siguió creciendo.
Después de reposar un tiempo el trabajo, la autora recibió una beca de Institució de les Lletres Catalanes, y tras esas tres fases, remató el proyecto llevando a cabo su voluntad de transformar «una experiencia personal en una historia universal».
Tras narrar en «Una galaxia de luciérnagas» otra experiencia de tintes personales, en aquella ocasión en torno a un violento episodio acontecido en un proyecto de cooperación internacional en Latinoamérica, reconoce Tur que últimamente le han puesto esa etiqueta de una autora de autoficción. «Cuando entiendo por qué me ha pasado algo, después me gusta distorsionar esa realidad para convertirla en una fantasía», reconoce. Y eso no tiene nada que ver con el poder curativo del arte, ya que la dramaturga se sirve del material que le proporciona la experiencia o los traumas personales «cuando el problema ya está sanado»; es entonces cuando decide compartirlo.
En «Sis hectàrees d'oliveres», texto con el que además ganó el XVII Premio Quim Masó, vuelve a trabajar (como en «Una galaxia de luciérnagas») con Anna Alarcón en el papel principal, quien se reparte el protagonismo con Nao Albet, intérprete, coautor y codirector de «Falsestuff. La muerte de las musas», producción que recientemente se ha alzado con el premio Max al mejor espectáculo de teatro. Cabe destacar también el importante papel que juega el espacio sonoro y la composición musical, de la que se ha hecho cargo Jaume Manresa, teclista de Antònia Font y Joan Miquel Oliver.
«Hemos creado un espacio acompañado de todo un dispositivo sonoro que se activa en el momento en el que los personajes entran», explica Tur. Ello permite que cada espectador haga su interpretación y su recorrido con la propuesta escénica. «Lo que hacemos es convertir el trauma o la herida de los personajes en algo palpable», concluye.
El apunte
Una obra que toma vida en el nuevo proyecto de Àlex Rigola
La de Tur es una de las primeras producciones que toma vida bajo el amparo de Heartbreak Hotel, el nuevo proyecto artístico y cultural de Àlex Rigola, director de escena y responsable del Teatre Lliure entre 2003 y 2011. También dirigió la sección de teatro de la Biennale di Venezia y fue codirector de los Teatros del Canal. Ahora ha apostado en Barcelona por su proyecto más personal, una sala de 72 localidades para hacer un teatro más íntimo y cercano.
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