El de Trepucó fue el último yacimiento en el que se instaló la iluminación | Tiago Reurer

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El Consell de Menorca ha decidido poner fin a uno de los proyectos estrellas del anterior equipo de gobierno en cuanto a patrimonio: la iluminación de los yacimientos arqueológicos. Así lo expone el conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria en un artículo publicado en la sección de opinión.

El conseller recuerda que en el pasado mandato se procedió a la iluminación de cuatro yacimientos, con un coste total de 36.093 euros. Maria critica que se destinara este dinero a una «operación estética», mientras que «se estaba recortando el presupuesto destinado a las excavaciones arqueológicas y se habían eliminado las ayudas a los trabajos de investigación histórico-arqueológica y a la restauración de bienes patrimoniales».

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El conseller afirma que fue «una contradicción y una equivocación grave en las prioridades de gasto», teniendo en cuenta que «la Menorca Talayótica es candidata a Patrimonio Mundial, y lo primero que exige la UNESCO es un esfuerzo primordial dedicado a la conservación, el mantenimiento y la recuperación». Y por ello, anuncia que dejará de invertir en la iluminación de los yacimientos para poder «dedicar todos los recursos económicos posibles a la protección, conservación, investigación, difusión y mantenimiento de nuestro rico patrimonio arqueológico», ya que cree que es «el mejor aval a la credibilidad del proyecto de la candidatura de la Menorca Talayótica».

El conseller entiende que no vale la pena destinar más dinero a iluminar los yacimientos, más cuando se trata de un gasto que no tiene fin, ya que pese a tratarse de instalaciones fotovoltaicas (sin un coste de consumo) sí que requieren de un mantenimiento. De hecho, dos de los cuatro montajes ya están averiados. El de Binissafullet por culpa de un accidente de tráfico que rompió los focos y el de Trepucó porque unos ladrones robaron todos los aparatos.  

Contaminación lumínica
Otro de los argumentos expuestos para dejar de iluminar los yacimientos es por «el incremento de la contaminación lumínica» sobre el cielo nocturno de la Isla. Maria recuerda que la UNESCO en 2007, a instancias de la Fundación Starlight, aprobó la Declaración sobre la defensa del cielo nocturno y que «no tienen sentido actuaciones de este tipo» que aumentan la contaminación lumínica en una isla Reserva de la Biosfera y que aspira a que pueda ser declarada «destino Turístico Starlight».