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Si hace dos domingos nos decantamos por el folk cenagoso de Possessed by Paul James, ahora le toca el turno a la salvaje sonoridad del padrino del Metal Industrial, Al Jourgensen, y a su banda madre: Ministry.

Si tuviéramos que citar 10 de los discos más intensos de la música rock no podríamos dejarnos fuera el "Reign in Blood" de Slayer, el "The Downward Spiral" de Nine Inch Nails o el protagonista de este domingo: "Psalm 69".

Lo que Ministry consiguió con dicho disco no ha sido superado por ninguna otra banda dentro de cualquiera de los géneros extremos de la música popular. Al Jourgensen, originariamente cubano, fue un visionario y llevó la música a un nivel conceptual y creativo que pocos mortales han sido capaces de alcanzar. Su mezcla de metal, sintetizadores, samplers y dobles bombos incendiarios fue básica para cautivar la mente y alma de miles de jóvenes ávidos de nuevas experiencias.

A principios de los 90, Ministry ya eran una banda realmente conocida. Formados originalmente en Chicago, Illinois, aquella primera formación estuvo enfocada al pop sintetizado de los primeros ochenta, de hecho no fue hasta final de aquella década que Jourgensen y compañía recrudecieron su sonido con el más que correcto "The Land of Rape and Honey" (1988).

Un año más tarde grabaron el tremendo "The Mind is a terrible thing to taste" (1989), en el que ya quedaba claro que Ministry había mutado para reinar por encima del universo musical políticamente correcto. La batalla abierta que Al Jourgensen había declarado a un personaje como George H.W. Bush le sirvió para llevar su proclama mucho más allá, de hecho su guerra musical particular fue heredada por el nefasto Bush hijo. De ese odio nació la trilogía anti Bush que incluye tres discazos: "Houses of the Molé" (2004), "Rio Grande Blood" (2006) y "The Last Sucker" (2007).

Pero vayamos al grano. ¿Por qué es tan increíble "Psalm 69"? Simplemente porque lleva la música a ese extremo de dinamismo desenfrenado que adoramos todos aquellos que buscamos la emoción musical extrema. Desde esos riffs iniciales de N.W.O (New World Order), tema en el que ataca directamente a Bush padre por justificar cualquier acción norteamericana que lleve a su país a conseguir la ansiada libertad, sabes que la cosa va en serio. "N.W.O." es una especie de medio tiempo que calienta motores y nos prepara para la brutalidad de "Just one fix", en la que Al hace uso de su famosa distorsión vocal. "Just one Fix" muestra el camino tortuoso de la droga, el desenfreno incontrolable del lamentable final.

Con "TV II" sientes que la velocidad se apodera de ti y te convierte en parte de su combustible, ardes con el ritmo, sintiendo que la música es irreal, lejana al mundo de los mortales. Uno de los mejores y más locos temas de la historia de la música junto con el "March of the Pigs" de Nine Inch Nails. Sublime.

Con "Hero" ponen de relieve la alienación de aquellos soldados que combatieron en la guerra del Golfo y que en el fondo no dejan de ser como aquellos soldados de "G.I. Joe", muñecos de plástico que en cualquier momento saldrán volando por los aires, eso sí, siempre serán héroes, héroes, héroes.

Con "Jesus built my Hot Rod" Ministry logra reinar en la MTV americana, posicionándose como una de las bandas más excitantes de principio de década. Por aquel entonces un videoclip en dicho canal televisivo era el pasaporte al mundo del éxito y la fama. Con un invitado de lujo como Gibby Haynes de The Butthole Surfers, Ministry graba su tema más emblemático hasta la fecha, con una banda en estado de gracia y una ejecución instrumental frenética y adictiva.

En "Scarecrow" levantan el pie del acelerador, creando un tema épico y repetitivo que se queda en tu mente por siempre. El espantapájaros se convierte en ti y tú te conviertes en él.
La siguiente canción da título al disco y está relacionada con el libro de las mentiras de Aleister Crowley, conocido ocultista, astrólogo y místico inglés. "Psalm 69" es una orgía sonora en la que lo prohibido se mezcla con lo sagrado creando un halo de misterio en el que la música es el único nexo entre lo terrenal y la salvación.

El disco cierra con la asfixiante e instrumental "Corrosion", perfecta para bailar en la sala central del purgatorio, y "Grace", otra instrumental, el apocalipsis sonoro, el laberinto infinito del Minotauro, el camino de no retorno, esa invitación al no regreso, al olvido. Nunca más podrás percibir la música de la misma manera.

La escucha de este disco no es apta para todos los públicos. Preferiblemente escuchar de noche, con las luces tenues y con una copita de vino de Reserva, tal como le gusta a Al Jourgensen. Preferiblemente vino francés. Hoy estoy de muy buen humor, mi padre va a publicar un libro de poemas en breve. Feliz domingo menorquines.


Ministry
Título: Psalm 69: The way to succeed and the way to suck eggs
Año: 1992
Sello: Warner Bros
Producción: Hypo Luxa, Hermes Pan

manuelj_gf@hotmail.com