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Cuando el resto de los padres hacían fotos, él dibujaba. "Deformación profesional", supone. Miguel Gallardo (Lleida, 1955) es mentor y creador del popular personajeMakoki. Sus historietas fueron el no va más de los años 80. El dibujante e ilustrador jugó un importante papel cultural en los años de la Transición. La mayor parte de sus trabajos se corresponden con el cómicunderground. Él y otros tantos compañeros de profesión se preocuparon de romper tabúes a través de la producción gráfica. En la España de finales de los setenta salía a la calle la revistaEl Víbora, publicación en la que participó desde sus comienzos y dónde, dice, "hablábamos de todo lo que inquietaba a la juventud".
Desde los noventa Gallardo es reconocido por su labor en prensa (La Vanguardia) y para diferentes revistas y publicaciones de ámbito nacional e internacional (Herald TribuneoNew York Times). Hace dos años la película sobre su novela gráficaMaría y yo(Premio Nacional de Cómic de Catalunya 2008) explicó a medio mundo su historia personal. La especial relación de Miguel y su hija autista María. Hasta la fecha al film dirigido por Félix Fernández de Castro le siguen lloviendo galardones. La película documental consiguió estar nominada a los Premios Goya.

Este fin de semana ha recalado en Menorca para impartir un curso sobre cómo hacer un cuaderno de viaje. Una iniciativa del programa Talleres Islados para aprender a viajar sobre papel. ¿Cuál es su sello personal en el género?
Tengo amigos dibujantes que hacen diarios de viaje desde siempre, y crean auténticas virguerías, sin embargo mis diarios no tienen nada que ver. La gente suele dibujar al natural los sitios que visita, y en mi caso hago más una especie de narración. Por ejemplo, mi libroMaría y yoes un retrato de unas vacaciones noveladas de un padre y su hija. Al principio no era muy proclive a hacer cuadernos de viaje, antes durante mis épocas de descanso siempre prefería hacer crucigramas.

¿Cómo ha diseccionado este curso en la Isla?
Mi objetivo es mostrar un montón de opciones diferentes ofreciendo unas herramientas para hacer de un viaje algo más divertido como una especie de aventura propia o de película en la que uno es el protagonista.

¿Cuál fue su primer cuaderno de viaje no editado?
Un amigo mío israelí que vive en Barcelona se iba con toda la familia a Tel Aviv y me invitó. Entonces otro amigo mío me regaló un cuaderno en blanco de esos de toda la vida, que tienen una tapa de cuero y un cordel para atar las solapas. Allí no me salía nada, dibujaba a la gente o a los edificios, hasta que decidí dejarme el cuaderno en casa y al llegar por la noche comencé a explicar lo que me había pasado durante el día. Y ese fue el principio. Mi forma de narrar visual es el cómic. A través de los dibujos relato lo que me va sucediendo.

¿Ordena sus ideas?
Sí, pero no sigo unas pautas. Creo que mi diferencia tiene mucho que ver con un trauma causado en mi infancia por los viajes de mi hermano. Él era el típico estudiante que se iba a Roma y sacaba 100 diapositivas y luego toda la familia nos las teníamos que tragar. Ya ves que ésta era una forma de viajar muy abstrusa porque al final la gente se acaba durmiendo.

Así que ese fue como su primer viaje.
Sí, lo explico en mi blog, por peculiar. De alguna manera eso influyó en que narrara mis diarios de modo diferente, al igual que viajar. Ahora he estado en París y no he visto ni la Torre Eiffel, ni he entrado en Notre Dame... Es decir, no he hecho las cosas típicas de un turista. Además de ser muy perezoso, no me gusta hacer colas ni que me digan qué debo visitar. Me gusta conocer a gente en el destino y, como en este último caso, conocer el París verdadero y ver los lugares donde no suelen ir los visitantes.

¿Hace fotos?
No, porque también soy bastante vago para ello. Si haces el plan de turismo que hago yo, las posibilidades de que te pasen cosas interesantes son muchas más. Hay que ir a perderse y a equivocarse.

En el 97 decide dejar a un lado el cómic.
Sí, pero yo no distingo entre cómic e ilustración. Por ejemplo, hay mucha gente que diría que la obra gráficaMaría y yono es cómic sino una narración con dibujos, pero yo diría claramente que es cómic. Tengo muy asumido este tipo de lenguaje y así lo hago. Mi libro anterior,Un largo silencio(una biografía que mi padre, Francisco Gallardo, tenía escrita antes de morir), ya se salía bastante de los cánones.

¿Cuál fue la historia de su padre?
Mi padre escribió alrededor de 20 folios sobre sus recuerdos de la Guerra Civil Española. Estuvo preso en Francia y aquí por pertenecer al bando republicano. Del libro se hizo una edición limitada y ya no se puede encontrar en ningún sitio. Uno de mis asuntos pendientes es volver a editarlo. Mi padre no era escritor, así que es un relato de los hechos con poco dramatismo, sin embargo los sucesos que cuenta son tremendos. Es una obra mitad historieta (con mis dibujos) y mitad texto. Para él estaba en el bando correcto, y fue capaz de ver las animaladas que hacían unos y otros.

¿Le molesta que la sombra de Makoki siempre sobrevuele a su alrededor?
Lo has descrito muy bien. ¡Uf! Makoki aún es mi sombra.

Todo el mundo le debe de preguntar por él. ¿Cuál es su relación con el personaje?
Hubo una época en que lo odiaba profundamente. Cuando haces algo así y es conocido el resto de tu trabajo desaparece y la gente, en este caso, solo se acuerda de Makoki. Imagínate que voy a firmas del libroMaría y yoy la gente todavía me pide que le dibujeMakokis. Algunos me vienen con algún álbum hecho polvo de los años ochenta y me muestran la firma que les hice entonces y, claro, me piden que se lo vuelva a firmar. Llegó un momento en que tuve que matar al personaje, y lo hice de una forma física. Creé una historieta que se llamóLa muerte de Makoki, en la que el personaje moría carbonizado en el interior de un container, pero ¡no sirvió de nada!

¡Increíble!
Sí, la gente no se dio por aludida. Creo que he hecho psicoanálisis y todo para liberarme de Makoki. Pero al final me reconcilié con el personaje, pensando que era una cosa de mi pasado y que si era reconocido era porque estaba bien hecho. Así que a día de hoy sigo dibujandoMakokiscon mucho gusto a quien me pida. Lo que no voy a hacer nunca es volver a emprender el proyecto otra vez.

Lo que no cabe duda es que la etapa en El Víbora fue importante en su carrera.
Sí, para mí y para el resto de los dibujantes que participaron. Fue una etapa muy creativa en la que todos aprendimos a hacer cómic y en la que conseguimos cambiar las reglas del juego. Mi generación vivió la Transición y quebrantamos la prohibición de poder hablar de la realidad de la calle. Al morir Franco nuestras historietas comenzaron a hablar de todo lo que no se podía hablar hasta entonces: las drogas, el alcohol, la policía... Fuimos como una campana de eco de lo que sentía la gente de nuestra edad, nuestros lectores. De hecho todavía me encuentro mucha gente que me dice: "Pues en mi pandilla teníamos a uno que le llamábamosel Makoki". Y eso me pasa una y mil veces. Fue un referente para mucha gente.

Demos un giro de 180 grados, y hablemos de María y yo. ¿Cómo comienza el proyecto?
No fue nada planeado. Todo surge de mi experiencia personal con mi hija. María tiene autismo y muchas personas con autismo, no todas, tienen alguna habilidad especial, ya sea memorística, fotográfica, de contabilidad..., es decir capacidades mentales que están muy desarrolladas. En el caso de María su habilidad es que se acuerda del nombre de todas las personas que ha conocido. Eso le sucede desde que tenía 4 años. Toda esa lista de personas, que están relacionadas entre sí y que a su vez componen parte de un grupo de familiares y amigos, forman parte de su conversación así que gran parte de ésta son las listas. A María, ya desde pequeña, le gusta mucho verme dibujar, así que con el tiempo mis líneas sobre papel se convirtieron en un hilo de comunicación con ella.

Dibuja para ella.
Sí, cuando estamos por ahí siempre voy con una libreta en la mano. Cuando me voy a ver a María, que vive en Canarias con su madre, es una condiciónsine qua nonque lleve dos o tres libretas. Allí dibujo las listas de la gente que conoce y con las que se relaciona. Cuando lleno un cuaderno con 100 dibujos, María sabe quién es cada uno. Sin saber leer, por supuesto. De alguna manera, mi hija ha influido mucho en mi manera de dibujar, ella es mi cliente más duro. Me he acostumbrado a dibujar en cualquier sitio (en salas de espera, en aeropuertos, en la playa...) muy rápido y de una forma muy simbólica, como si fueran pictogramas. Mi forma de crear se ha simplificado mucho. A partir de toda esa experiencia de las libretas, un buen día comencé a dibujarin situtodo lo que me pasaba con mi hija. Y así comenzóMaría y yo.

¿Dónde se localiza el libro?
Son nuestras vivencias en unresortde Canarias, de esos tan horteras, donde sólo hay ingleses y alemanes. Un sitio muy poco habitual para una pareja comoMaría y yo, y que daba lugar, por el escenario y por las características especiales de mi hija, a situaciones surrealistas y bastante hilarantes. No es un libro donde nadie se queje de que su vida ha sido destrozada sino que es muy optimista. Explico cómo es María y cuál su forma de ver el mundo.

¿Por qué contar esta historia?
Porque yo soy un narrador de historias y la tenía que contar, mi relación con María es la historia de mi vida, la más importante que me ha pasado. Pero no se puede contar tal cual, sino que tiene que salir de dentro, en el momento justo, y es entonces cuando te sale de corazón. Hallando el tiempo idóneo para que no sea un relato que proceda de la frustración, de la angustia o del dolor. Es algo que hice para mi, como en tantos otros diarios y que al mostrárselo a la madre de María, May, se emocionó y me dijo que era el mejor libro que había hecho nunca. De ahí surgió todo el proyecto de la publicación del libro.

Y ha sido un éxito.
Sí, ya vamos por la quinta edición. Está traducido al castellano, catalán, alemán, italiano y francés. Está en marcha la traducción portuguesa y, posteriormente, es probable que la polaca. Una historia muy pequeña, local y personal, se ha convertido en una historia universal. Pero no hablo tanto del autismo como de la relación de un padre con su hija adolescente, que es lo que prima.

De ahí a la película documental, ¿qué pasos se dieron?
Hace dos años, por medio de una amiga común, me vino a ver el director de publicidad Félix Fernández de Castro que se había leído el libro en el avión durante un viaje a Madrid, y me dijo que le había encantado. Así fue cómo escogió aMaría y yopara su ópera prima cinematográfica. Le gustó mucho el tono y el humor y la forma, y que la misma lectura había hecho saltarle las lágrimas y reír.

Usted y su hija son los protagonistas del film. ¿No le dio cierto reparo?
Sí, al principio le dije a Félix que estaba loco, pero poco a poco fuimos madurando el proyecto. Una de las condiciones indispensables que le puse fue que May, la madre de María, estuviera también de acuerdo. Félix es un tipo estupendo y con una gran sensibilidad, así que al final pensé que si alguien podía hacerlo era él. Juntos pensamos que una película bien hecha al respecto podía convertirse en una herramienta muy importante de visibilización, que es lo que más nos interesa.

¿Cómo fue el proceso de rodaje?
Hicimos un training. María conoció al equipo, y el equipo conoció a María. Félix también fue muy consciente de que el rodaje debía seguir la rutina de María. Nosotros hacíamos nuestra vida normal en el resort y ellos, simplemente, nos seguían. El documental es muy entretenido porque hace uso de muchos recursos como la animación, imágenes reales, elstock motiono las metáforas para explicar algo tan difícil como es el autismo.

¿Cómo lleva el ajetreo de tanto compromiso?
La película se estrenó en cines y tuvimos una campaña de prensa brutal. Tras esta vorágine entró en otro circuito diferente, el del autismo. He estado dando vueltas por toda España con la película y el libro, y he visto las reacciones de las asociaciones y de las familias. Ha sido algo muy importante, pero en un momento dado ha convertido mi vida en un platillo volante. Soy ilustrador y necesito estar en la mesa y hay semanas que ni la veo. Estuve en París, ahora en Menorca y a finales de mes voy a Tokio. Estoy continuamente dando vueltas. Ya he visto el film 45 veces, y ver una peli donde sales tú y tu hija, donde se cuenta tu historia, es un poco duro.

Aun así, el resultado lo merece.
Sí, Félix ha hecho que la gente se enamore de María a los 15 minutos de película. Es una reina de la pantalla que aporta una visión positiva de nuestros hijos. Gracias a ella la gente ha comprendido un poco, y eso es lo importante.