Natasha Rosenberg, la voz del tango

Natasha Rosenberg (Buenos Aires, 1971) vino a Menorca, de momento, para establecerse. En la Isla da rienda suelta a su voz como cantante. La música le sigue desde chiquita, y ella a su vez secunda los tangos y los temas populares de Latinoamérica. El próximo día 31 actuará en el local La Parra de Maó. Lo hará junto a uno de los guitarras menorquines por excelencia, Pere Arguimbau. Fusión entre jazz y bossa nova de un proyecto pendiente que por fin cuaja, y que espera sea el primero de una larga serie de bolos.

"Recuerdo escuchar tangos en la radio de mi padre", comenta y añade, "mi madre siempre me inculcó el arte desde pequeña y desde sus diferentes vertientes (música, teatro, poesía...). Ella tenía un bar en el antiguo barrio de San Telmo, en Buenos Aires, donde yo siempre escuchaba la música popular latinoamericana. Al crecer fui alternando la formación de canto con el teatro".

Tras una etapa de quinceañera registrando demos con su grupo de rock de tinte adolescente, Natasha debuta con 19 años en una muestra de la Escuela del Sindicato de Músicos de Buenos Aires donde, dice, "les regalé un tango a mis padres".

Rosenberg conoce a Arguimbau desde hace 4 años. Con él cocinó parte del proyecto que a finales de mes presentará en el local de la calle San Fernando de Maó. Un concierto con cabida para el bolero, el tango o la canción francesa. Versiones de Édith Piaf o Tita Merello, entre otras; con algunas pinceladas de standards de jazz y bossa nova.

Mercedes Sosa, Tita Merello, María Elena Walsh, Eladia Blázquez o Édith Piaf forman parte de sus influencias musicales. Su universo se conforma de versiones. "Aún me aterra escribir una melodía", explica cuando se le pregunta por emprender su trayecto en solitario con letras originales.

Natasha Rosenberg y Pere Arguimbau
Jueves 31. A partir de las 21.30 horas.
Lugar: La Parra, en Maó.