La mirada de Alba Martínez Bartel (Palma de Mallorca, 1993) despierta del letargo a cualquiera. Tiene 18 años y comparte pasión literaria con su padre Vicente Martínez Arribas (Socuéllamos-Ciudad Real, 1969).
Su historia es de aquellas que merece la pena contar no solo por la calidad de la obra recién editada, sino sobre todo por las circunstancias de la vida que hacen que un padre se reconozca en una hija, y viceversa; o que el azar de una llamada telefónica les lleve a ambos a caminar ahora de la mano por la industria editorial. Son unos recién llegados al mundo de la impresión pero viejos conocidos de las letras.
"Amaneciendo en ti" es el primer título para la joven estudiante del instituto Joan Ramis i Ramis de Maó. El tercero para su padre, de quien bebió su amor por la literatura en general y por la poesía en particular. El puente entre sus escritos, guardados y mimados en un cajón, y la apuesta de la editorial Ómicron (Barcelona) de una nada desdeñable tirada de 1.000 ejemplares fue una casualidad. Seguramente porque debía suceder así.
Descolgar el teléfono y responder a una encuesta de hábitos de lectura puso a Alba en contacto con el editor Israel Clarà. Una madurez impropia para su edad alertó a Clarà de estar conversando con un diamante en bruto. Alba compartió con él su tesoro de páginas y no dudó en hablarle también de su padre a quien considera "el mejor poeta del mundo". La presteza del editor por proponerles un proyecto conjunto les dejó asombrados. En poco más de un mes padre e hija se hallaban regalándose mutuamente belleza poética. "Amaneciendo en ti" es el resultado de un vivir eternizado en literatura. Una obra bilingüe, en catalán y castellano, que rezuma calidad.
"Israel Clarà me dijo que tenía un sello propio, muy difícil de labrar, y que debíamos de darle salida a la obra", explica Vicente. Sin miramientos y con un firme envite también por la especial expresividad de Alba, Ómicron se rindió a la belleza literaria de ambos.
30 poemas (Vicente) y 15 prosas poéticas (Alba) alzan un sueño que no podría haber llegado en mejor momento. El contrato de la edición se firmó el pasado 12 de enero, el mismo día en que se cumplía la mayoría de edad de esta estudiante que quiere proseguir su carrera académica estudiando Psicología. Humanidad no le falta. Su entusiasmo contagia. "Este ha sido uno de mis mejores regalos de cumpleaños", señala. "En mi caso también es un regalo por adelantado por los 20 años de casados que cumpliré el 29 de marzo", añade su padre. No en vano, su mujer Antonia Bartel es quien inspira sus versos. Es pues, casi con certeza, la grata causante de toda esta aventura.
El tour de presentaciones llevará a ambos autores, aprovechando el filón pre y post Sant Jordi, a las firmas programadas en la librería Literanta de Palma; en El Corte Inglés de las Avenidas; y en El Corte Inglés de la Plaça Sant Jaume de Barcelona. También harán lo propio en Menorca pues residen desde hace años en Sant Lluís.
Como decía, padre e hija son viejos conocidos de las letras. Vicente comenzó a escribir para él, desde su más temprana juventud. "Siempre me he sentido muy cómodo, la escritura es el lugar de mi otro yo". Y apunta la sorpresa que se llevan muchos de sus conocidos al saber de su condición de escritor pues su día a día como responsable de la franquicia de ING Direct en la Isla o sus quehaceres en la Federación de Fútbol no es precisamente el tópico idóneo de cualquier literato. Su padre, Julián Martínez (a quien Alba dedicaFinal del passeig), era periodista. Trabajó para Radio Nacional de España y hasta pasada su jubilación continuaba enviando crónicas deportivas para la agencia EFE.
Letras, la mejor herencia
En esta familia, las letras han sido su mejor herencia. Alba recibe el legado paterno de Gil de Biedma, Borges, Li Bó, Ángel González, José María Álvarez... "Siempre he dicho que mis versos responden a sensaciones, como si las letras jugaran entre ellas, dando vida a la palabra, como en un puzzle", indica Vicente. Por su parte, Alba disfruta de captar, escribir y compartir con el lector los pequeños detalles diarios, aquellos que solo percibe el artista. "Solo con saber que gracias a esta edición la gente podrá sentir y vivir lo que yo he sentido mientras lo escribía ya me siento afortunada. Son momentos mágicos con los que podemos hacer crecer un instante a través de la literatura", dice.
Para Vicente esta obra implica una oportunidad para engrandecer su existencia, un presente para el recuerdo, un agradecimiento a su esposa y a sus dos hijos, Alba y Raúl, "es un pedazo de mí entre letras y hojas de papel".
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