Gema Celorio (licenciada en Geografía e Historia) y Alicia López de Munain (licenciada en Ciencias Políticas y Sociología) que trabajan en el área de Educación para el Desarrollo de Hegoa -Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional de la Universidad del País Vasco- estarán en Menorca los próximos días 4 y 5 de febrero con motivo de la celebración del curso "L'educació per al desenvolupament a l'escola", organizado por el Fons Menorquí de Cooperació con la colaboración del CEP.
Hegoa es un instituto universitario que trabaja en el ámbito del Desarrollo y la Cooperación internacional desde hace casi 25 años. Esta institución organiza su actividad en torno a la formación e investigación universitaria al tiempo que ofrece servicios de documentación y de asesoría a organizaciones e instituciones. Otro ámbito de trabajo lo constituye el área de Educación para el Desarrollo de la que forman parte Alicia y Gema, con quienes conversamos a continuación.
¿Podríais explicarnos brevemente los contenidos del curso que vais a realizar?
El curso está planteado como una iniciación al concepto y práctica de la Educación para el Desarrollo en el tramo de la escolaridad obligatoria. La idea es que el profesorado pueda entender mejor cuáles son los principios pedagógicos de este enfoque educativo y cuente con algunas ideas acerca de cómo llevarlo a la práctica en el aula y en el centro.
¿Cómo definiríais la Educación para el Desarrollo?
Bueno, siempre es complicado definir en pocas palabras todo lo que implica una línea transversal como esta, pero vamos a intentarlo. Quizá fuera interesante definirla a dos niveles. A nivel general, esto es, como una propuesta que se dirige al conjunto de la ciudadanía, diríamos que la Educación para el Desarrollo es un proceso educativo encaminado a generar conciencia crítica sobre la realidad mundial, a promover una ciudadanía global políticamente activa y comprometida y a movilizar a la sociedad en acciones de transformación social a favor de un desarrollo humano justo, equitativo y sostenible. En relación con la escuela, podemos plantear que la Educación para el Desarrollo es un enfoque transversal -para todas las asignaturas y para el centro en su conjunto- dirigido a educar al alumnado en una conciencia crítica y responsable que les permita indignarse con las injusticias y desigualdades, adquirir valores de solidaridad y cooperación, y comprometerse con acciones de cambio social a nivel local y global.
¿Por qué trabajar la Educación para el Desarrollo en el ámbito de la escuela?
Porque la escuela, como institución socializadora, es uno de los lugares donde más tiempo pasan los y las jóvenes. Además, su finalidad es estrictamente educativa y su alcance es de carácter universal, supone por tanto, un espacio privilegiado para trabajar los principios de la Educación para el Desarrollo.
Todos los chicos y chicas, como resultado de su paso por la institución escolar, van a desarrollar una determinada manera de entender el mundo y de situarse en él. La ED pretende ayudarles en ese proceso. Pero además, la ED recoge los presupuestos de la pedagogía crítica y propone una revisión del propio currículum y de las metodologías asociadas a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Tan importante como impartir toda la materia contenida en el currículum es capacitar al alumnado para relacionar toda esa información, para darle sentido y utilidad, todo lo que lo en pedagogía conocemos como "conocimiento significativo". De fondo se trata de defender la idea de educación frente a la de instrucción, utilizando metodologías activas y participativas que den protagonismo al alumnado en su proceso de aprendizaje.
Es importante también destacar que la ED se acerca a los centros con una propuesta transversal -para el conjunto del currículum y de la organización escolar- e integral -esto es, aunando enfoques de paz, derechos humanos, género, interculturalidad...-. Todo ello encaminado a lograr coherencia entre las prácticas educativas y de estas, en relación con su contexto.
¿Cuales son las principales dificultades y oportunidades de las escuelas para trabajar desde la EpD?
Entre las dificultades, podríamos destacar: la resistencia al cambio; el peso de la propia estructura escolar; la tendencia a la homogeneización (del currículum y de las personas); la omnipresencia de las editoriales (que responden a intereses económicos e ideológicos muy concretos); la escasa tradición de trabajo comunitario y/o de experiencias democratizadoras; la aparición de nuevos retos -como la inmigración- que se entienden como problema más que como oportunidad, las dificultades de atender a la diversidad -discapacidad, género, lengua...-; las sucesivas reformas educativas... En este punto, se corre el riesgo de alargar la lista hasta el infinito.
Pero, lo cierto es que también existen oportunidades que hay que resaltar y aprovechar. Por ejemplo: en los centros educativos, cada vez contamos con más apoyo de organizaciones y movimientos sociales; la preocupación de madres y padres por la educación va en aumento y esto facilita su implicación en la vida de las escuelas; después de más de dos décadas de trabajo en ED, contamos con una amplia variedad de recursos de todo tipo, no solo materiales didácticos, tenemos también todo lo que el medio, la comunidad pone a disposición de las escuelas; cada vez es más destacable la existencia de redes escolares en las que integrarnos y participar; los movimientos de renovación pedagógica -aunque tuvieron momentos más álgidos- siguen representado una fuente de innovación educativa; existen además experiencias transformadoras que nos pueden servir de inspiración. Es decir, podemos superar muchas de las dificultades apoyándonos en todos estos elementos y sobre todo participando de la convicción de que, como profesionales de la educación, también es nuestra responsabilidad contribuir a la construcción de una ciudadanía crítica y democrática.
En Menorca, desde 2008 existe la Xarxa de Centros Educativos Cooperantes, una iniciativa del Fons Menorquí de Cooperació que aglutina a centros de infantil, primaria y secundaria de toda la isla con el objetivo de ofrecer a los centros participantes un marco unitario de trabajo que ayude a fomentar el conocimiento crítico de la realidad y potenciar la inclusión de la Educación para el Desarrollo dentro de las programaciones curriculares de los centros. ¿Existen experiencias similares en el País Vasco?
Pues menos de las que nos gustaría, y quizá no tan formalizadas como la experiencia de la Xarxa pero sí existen algunas iniciativas que han tenido su relevancia en distintos momentos y de forma irregular -como el fue el caso de la Red Mundilab laboratorio educativo para trabajar la solidaridad, que aglutinó a 16 centros escolares-. Otra experiencia destacable es la que conforma la Red Comunidades de Aprendizaje que aunque no es específica de ED, sí comparte principios pedagógicos propios de este enfoque.
Seguramente, la red que comparte más similitudes con la Xarxa, por tomar la Educación para el Desarrollo como eje aglutinador, sea la de Escuelas Solidarias que impulsan la Coordinadora de Navarra y Departamento de Educación de esta Comunidad Foral. En el marco de esta red, además del intercambio de experiencias y recursos, se promueven cursos de formación y jornadas de debate.
Por último, si bien se trata de una iniciativa estatal, podríamos citar la promovida por Intermón y conocida como Red de Escuelas de Ciudadanía Global.
A partir de vuestra experiencia ¿qué consejos daríais a las escuelas de la Xarxa de Menorca?
Seguramente vamos a decir obviedades, pero podríamos plantear la importancia de tener siempre muy presente que una red contribuye a disminuir el sentimiento de soledad que a veces nos invade y que nos resta ánimos para continuar. Es fundamental no dejar que decaiga la actividad de la red, aquello que nos une y que tiene que ver con el aprendizaje compartido, el intercambio de experiencias, en suma, la comunicación dentro de la red y con otras redes, grupos o colectivos. Se trata de estar siempre abierta a lo que se mueve. Por otro lado, suele ayudar al fortalecimiento de la red la celebración de alguna actividad presencial que facilite el encuentro personal (vernos las caras) como pueden ser unas jornadas o un curso como el que estáis proponiendo ahora y también otras actividades conjuntas, como podría ser la participación en alguna campaña que contribuye a aumentar la sensación de pertenencia y utilidad de la propia red.
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