La vida es demasiado corta para que sea predecible. Pese a todo, el individuo intenta por todos los medios no saltarse las normas. El orden parece importante en un mundo caótico. La cultura lo es más, pero sus planes de promoción siempre acaban en agua de borrajas.
Acción memoria son las pastillas que tomo para favorecer mi concentración cerebral. Me basta con una dosis semanal para regir el barco, la misma que –ahora que se acercan Elecciones– le recomendaría digerir a la plana política. Los candidatos comenzarán a alardear pronto con sus promesas pre comicios. En cuanto a ocio y cultura se refiere, volverán a llenarse la boca con teatros, cines y excepcionales programaciones expositivas (aquí cabe decir que si no fuese por la iniciativa privada Menorca estaría muerta). En la presente edición del Culturàlia recogemos una interesante propuesta de un joven talento artístico que, como tantas otros, desarrollan su trayecto creativo fuera de la Isla. Pol Marbán sugiere que se alce un Museo de Arte en uno de nuestros espacios sin uso.
El pasado domingo, Hombre López nos avanzaba el proyecto, que junto a su hijo Pepe, expone en el antiguo edificio de La Tabacalera en Madrid. Se trata de un Centro Social Autogestionado (CSA) donde son los propios artistas quienes disponen y organizan sus trabajos para la Comunidad de Madrid. La cosa funciona.
Las instituciones encargadas de auspiciar la cultura y el arte tienden a impulsar la carrera de autores de manera individual; y –como bien apunta la tarjeta de presentación del CSA– a intercambiar su talento "como cromos" en ferias y mercados de arte internacionales. ¿Cuántos no desearíamos en Menorca un Museo de Arte sin un calendario expositivo dictado por las fauces políticas, independiente y abierto a las nuevas tendencias?
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