TW
0

Me echo los treinta y cinco tacos a la espalda y reparo en la utilidad del facebook en esto de los cumpleaños. No cabe duda de que la gente es más eufórica detrás de la Red. Es más fácil mostrar tu aprecio a alguien desde el parapeto internauta.

Lo mismo pasa con la Cultura, sobre todo con las letras. Proliferan infinidad de blogs literarios, páginas webs de autores y editoriales o foros para discurrir -el hoy tan de moda- futuro sobre el libro de papel. Así las cosas, en el tú a tú, en la palabra directa de una charla de calle ya quedan pocos que prodiguen sus preferencias escritas. Aquello de "¿qué libro estás leyendo...?", ya no se oye demasiado. La cosa preocupa. Hay que mimar la promoción y ensanchar la cantera de jóvenes lectores.

Echo un vistazo, -con pura envidia- a los resúmenes de prensa de las Converses Literàries a Formentor. A algunos de mis compañeros de profesión les ha parecido un coñazo ejercer su corresponsalía entre pinos y letras. Mallorca está acostumbrada a la visita de ilustres, así que algunos periodistas suelen acudir quejosos a este tipo de eventos con un único fin: conseguir el titular de la jornada y partir raudos y veloces a la redacción a cubrir el expediente. Sin embargo, los que nos vinimos a Menorca en busca de sosiego periodístico hemos ganado en creatividad, pero hemos perdido el contacto natural con los insignes. Y en consecuencia, así le ocurre al público al que informamos. De ahí mi pelusilla.

¡Será por parajes que no tenga Menorca! En esto de localizaciones bucólicas para vestir la Cultura tenemos materia prima de sobras. Aun así hemos dejado escapar a Goytisolo, José Carlos Llop, Josep M. Quintana, Biel Mesquida, Agustín Fernández Mallo, Vicente Verdú, Hans M Enzensberge, Carme Riera, Llucia Ramis, Patricio Pron, Esther Tusquets o Chris Stewart (primer batería de Génesis), por nombrar a algunos.

La cita concluyó hace unos días con un homenaje póstumo al Premio Nobel José Saramago. ¿Se puede pedir más? En la mente de ustedes lo dejo.

Si Cela se hubiese descantado por Menorca la historia ahora sería otra...