La movilidad eléctrica ha emergido como una solución prometedora para combatir el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Sin embargo, en España, y particularmente en la comunidad de Balears, la infraestructura para la movilidad eléctrica en tierra y mar está notablemente rezagada, lo que plantea serios desafíos para la transición energética hacia un futuro más sostenible.
En Balears, conocidas por su belleza natural y su próspera industria turística, la falta de puntos de carga para vehículos eléctricos y la escasez de opciones de transporte marítimo sostenible son evidentes. A pesar de algunos esfuerzos por promover la movilidad eléctrica, la infraestructura actual no está a la altura de las necesidades de la comunidad y los visitantes.

Esta falta de infraestructura no solo obstaculiza la adopción de vehículos eléctricos por parte de los residentes locales, sino que también afecta negativamente a la industria del turismo, que cada vez más valora la sostenibilidad ambiental. Los turistas que desean optar por formas de transporte más ecológicas se encuentran con dificultades para encontrar opciones viables en Balears.

La situación en España no es única. A nivel mundial, varios países han avanzado significativamente en la implementación de infraestructura para la movilidad eléctrica, reconociendo su importancia para abordar el cambio climático y promover la sostenibilidad. Países como Noruega, Suecia y Países Bajos han liderado el camino en la adopción de vehículos eléctricos y la expansión de la infraestructura de carga, demostrando que es posible lograr avances significativos en este ámbito.

La falta de infraestructura de movilidad eléctrica en España y en Balears, no solo representa un desafío ambiental, sino también económico y competitivo. En un mundo cada vez más enfocado en la sostenibilidad, la capacidad de ofrecer opciones de transporte eléctrico podría marcar la diferencia entre ser un destino turístico deseable y perder relevancia en el mercado global, dato a llevar a cabo en las mesas de debate de las instituciones públicas y empresariales del sector turístico balear.

Es fundamental que los esfuerzos por mejorar la infraestructura de movilidad eléctrica en España, y en particular en Balears, se intensifiquen. Esto requerirá una colaboración activa entre el sector público y privado, así como la implementación de políticas y regulaciones que fomenten la adopción de vehículos eléctricos y la expansión de la infraestructura de carga, un ejemplo práctico es la comparativa de los puntos de carga públicos de la ciudad de Palma que son unos 26 puntos y la ciudad de Bristol con alrededor de 200 puntos de carga o la ciudad de Stuttgart con unos 300 aproximadamente.

En última instancia, la falta de infraestructura de movilidad eléctrica en España no solo es un problema local, sino un recordatorio de la urgencia de abordar el cambio climático a nivel global. La transición hacia una movilidad más sostenible no solo es necesaria para proteger nuestro planeta, sino también para garantizar la competitividad y el progreso de nuestras comunidades y países en un mundo en constante evolución.l