Patricia Domínguez, en acción de juego.  | RFVB

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La temporada en la máxima categoría del voleibol femenino se abre hoy en Las Palmas de Gran Canaria. El campeón de liga y copa, Hidramar Gran Canaria, y el subcampeón de liga y de copa, Avarca de Menorca, se volverán a ver las caras con un título en juego. Y lo hacen menos de una semana después de jugarse el tercer y cuarto puesto de la Copa Ibérica, con triunfo canario (1-3).

Una brillante oportunidad en Las Palmas de Gran Canaria para la escuadra que dirige Bep Llorens de colocarse su cuarta estrella en la zamarra bermellón, en su quinta final de la Supercopa de España tras las disputadas en Murcia (2009), Haro (2012), Logroño (2014) y Ciutadella (2020); esta última, adjudicada para las locales y que supuso el tercer título del CV Ciutadella en la Supercopa.

El ilusionante proyecto que se ha creado en el Pavelló Municipal de Ciutadella, manteniendo el grueso de la columna vertebral de la temporada pasada y añadiendo jugadoras de la talla de la atacante mexicana, Grecia Castro, o la joven internacional española, Zoí Mavrommatis, se topa nuevamente esta tarde-noche con todo un obús como es el Hidramar Gran Canaria, dominador del voleibol español estas últimas temporadas y que además de retener a sus estrellas com Sulién Matienzo o Saray Manzano, ha seguido alimentado con talento a su plantilla 2024-25.

Valoraciones

El preparador ciutadellenc, ayer por la mañana y de camino a Las Palmas, habló con este diario sobre cita en el Gran Canaria Arena. «Venimos de una semana corta, de descansos y preparación única de partido. Vamos todas disponibles y todas tienen una gran capacidad de trabajo», señala Llorens, centrado únicamente en este encuentro. «El único hándicap ha sido un problema físico con Ivone Martínez, que tiene dolor de espalda y será duda hasta casi última hora. Las demás todas bien y a ver ella qué tal evoluciona».

Tiene muy claro el técnico que este partido nada tendrá que ver con el vivido el domingo por el tercer y cuarto puesto ante el Gran Canaria, en este caso, en el Centro Insular. «No se pueden comparar los encuentros claro y cambia del todo la capacidad con la que ambos nos lo tomaremos, con un título en juego, lo que se notará seguro», dice. «Es una final y los dos equipos vamos a darlo todo y sin duda, el planteamiento inicial cambia por completo».

Y no oculta Llorens las dificultades. «Lo sabemos. Ganar a quien fue campeón de todo y encima en su casa y a principios de temporada. Todo son retos pero somos un grupo ambicioso y competitivo y lo que queremos es ganar la final, sin obviar los retos que tenemos por delante, los más altos de la temporada». En este sentido, «somos racionales y sabemos que necesitamos un paso más adelante y esperar que jugadoras importantes suyas, tengamos la capacidad de detenerlas y de nosotras tener un ritmo muy alto. Ganar un título es un ejercicio mayor de dificultad y límite máximo y es lo que buscamos», cerró Llorens.