Por muy poco. Al Valeriano Allés se le escapó el triunfo cuando más a favor lo tenía en un duelo más igualado que nunca - Cris Llufriu

TW
0

Esta es la crónica del mejor partido que ha hecho el Valeriano Allés en lo que llevamos de temporada, así como el resultado más cruel posible (2-3). Más allá de si el rival, el UCAM Murcia, hizo más o menos méritos para llevarse el triunfo, las estadísticas reflejan un dominio apabullante en todas las facetas de las bermellonas. Una superioridad que se quedó sin recompensa a pesar del partidazo de Sheila D'Amaro, 22 puntos, y Rese McNatt, autora de 23. Habrá quien diga que las de Ciutadella no supieron ganar el duelo cuando en el cuarto set lo tenían todo de cara. Para Bep Llorens, simplemente, "no era el día de ganar".

Esta derrota deja la lucha por entrar en el play off en un suspiro en el que las bermellonas lo tienen peor. El calendario que les queda las obliga a jugar a un nivel similar al de ayer pero cosechando victorias por doquier.

Especialmente motivada arrancó el partido D'Amaro en ataque. Protagonizó el primer arreón local (5-3). Prácticamente todas las opciones de entrar en el play off por el título pasaban por vencer ayer, mientras que el Murcia buscaba poner tierra de por medio. El Valeriano Allés conseguía mantener una renta que oscilaba entre +2, como en el 8-6 que supuso la ventaja local en el primer tiempo técnico, el 10-8 o el 12-10. Un tanto después Saurín frenó el duelo buscando calmar los ánimos locales. El 13-11, de hecho, fue el mejor punto de largo con los dos equipos salvando el balón 'in extremis'.

D'Amaro siguió dominando el set y echándose a su equipo a la espalda con eficacia ya que la ventaja se incrementó hasta el +5 (16-11, 17-12, 18-13, 19-14 y 20-15). La intención de Saurín, además de calmar el ímpetu local, era el de pulir la recepción, muy verde entre las pimentoneras. Surtió, parcial de 0-3 (20-18), entonces Bep fue el que pidió tiempo y con el 22-19 introdujo a Roser Olives al saque. Limó asperezas la de Ciutadella y D'Amaro demostró que no solo estaba acertada en ataque sino que cerró el set con un gran bloqueo (25-20).

En el arranque del segundo juego, la que se aplicó fue la central Irene Cano. En bloqueo y en remate. A nivel general, el ímpetu local parecía que se había calmado y el Murcia tomó la iniciativa (6-8). Un 1-5 (7-11) motivó a Bep Llorens para detener el choque. El Murcia había encontrado un filón en la figura de Alba Sánchez, intratable en los remates cruzados desde el exterior (10-14). Volvió a escena Olives aunque el nivel de acierto local había menguado considerablemente.

La buena tarea en el bloqueo permitía al Ciutadella seguir el ritmo visitante por detrás (13-16). No le gustaba a Bep lo que veía. Entonces despertó la figura de Rese McNatt con tres puntos, el último un remate que hizo temblar el suelo del polideportivo, y que significó el 17-20 que obligó a pedir tiempo a Saurín.

Bep se desesperaba y la reacción local se desvanecía entre errores de comunicación, recepción y de saque costaron el 20-25 visitante (1-1).

La ambición del primer parcial había bajado, la mala noticia, pero McNatt había despertado, la buena. Faltaba que las dos se complementaran. Además, el Valeriano Allés era capaz de frenar a rachas el juego rápido del Murcia. Un 3-1 de salida lo contrarrestó Sánchez desde el saque (3-4). Otra vez el Murcia partía con ventaja en el intercambio de remates (6-9) pero las locales achicaron balones hasta ponerse por delante (11-9) cuando Saurín pidió tiempo. En el 8-9, el colegiado mostró tarjeta amarilla a Ati por protestar.

Esa decisión pareció sacar a la ex bermellona del partido y dio alas a las locales que se fueron marchando en el electrónico con un 5-0 (17-10). El equipo de Bep Llorens lucía una imagen muy distinta a la del segundo set y se dedicó a administrar la renta hasta subir el 2-1 (25-16).

Una diferencia tan grande parecía que debía pasar factura anímicamente al Murcia. Y así fue... Al menos de entrada. El Valeriano Allés se encontró con su mejor versión y rápidamente se colocó con una ventaja de 11-7. Entonces pareció acomodarse en todas las líneas (11-10). La precipitación se adueñó del juego murciano (16-11) y el partido se encarriló. No lo suficiente porque el Murcia fue capaz de levantar por dos ocasiones una desventaja de cinco puntos y arrancarle de las manos un set que estaba ganado al Valeriano Allés para pasar del 21-16 al 22-25, o lo que es lo mismo, un parcial de 1-9.

Un 5-0 de salida fue la presentación del Valeriano Allés en el 'tie break'. No se intimidó el Murcia, que fue capaz de empatar a 8 tras el tiempo técnico. La polémica arbitral tiñó los instantes finales, como en el remate de Sorokina (8-9) y ponía por delante a las visitantes. Los dos equipos caminaban sobre un alambre y no calibró bien el Valeriano Allés, que cayó en el abismo de un partido que, teniendo ganado, jamás debió perder.