Han tenido que transcurrir ocho jornadas para que el Valeriano Allés, líder destacado de la categoría, cayera por primera vez (3-2), quedándose a una victoria de superar su mejor inicio en la Superliga. Y fue en el derbi ante el Oxidoc Palma, que se motivó lo suficiente para sacar adelante una victoria, que más allá de la calidad y el juego, tiene una importancia psicológicamente vital.
Las menorquinas desaprovecharon un 1-2 en el marcador y varias ventajas en el cuarto set para finiquitar el partido, pero no lo hicieron y las de David Pérez, espoleadas por el público, lograron una remontada que parecía una utopía.
Los pecados del Valeriano van desde la excesiva confianza que te otorga un primer set aparentemente fácil hasta el mal día de algunas de las componentes que simplemente se borraron, pasando por la presión que infligió el Municipal de Artà, cada vez más intenso por la entrega de las palmesanas, que no se rindieron en ningún momento.
La primera manga resultó un paseo para las menorquinas, lo que hacía presagiar que el partido sería un camino de rosas. El Oxidoc salió fuerte pero se topó con un ataque espectacular de Yantín. Las diferencias iban incrementándose y la figura de Sandell se agigantaba por momentos. El 15-25 con el que se resolvió el acto no reflejó para nada lo que estaba por llegar. Un guión completamente diferente y relativamente inesperado.
Enchufadísimas las mallorquinas, especialmente en la recepción y la defensa, mantenían el pulso a un Valeriano que ya veía que no iba a ser tan sencillo, que éste era un partido especial y que tendrían que sudar la gota gorda. Los parciales fueron muy igualados y una vez llegado a los compases finales, las locales sabían perfectamente que el 2-0 en contra hubiese supuesto una sentencia anticipada. Conscientes de ello, no dieron ningún balón por perdido y se trabajaron con ahínco ese 25-22 que daba vida de nuevo al choque.
En el tercer set el Valeriano quiso volver a dominar la manga desde el principio y por tanto el encuentro, logrando adelantarse de nuevo en el marcador.
Pero la máquina no engrasaba adecuadamente, ganaba puntos con facilidad pero también los perdía con esa misma sencillez, desperdiciando ventajas de hasta cinco puntos en el cuarto set. Dos errores en el saque tiraron por la borda un trabajo que Sandell se encargó de paliar. Las cosas no carburaban bien por más que la británica redoblara su calidad. Fue inútil. El 25-23, y, en consecuencia, el empate a dos sets era una realidad.
El quinto set, con un público enfervorecido, con una remontada desde atrás y con una rivalidad regional en medio, se iba a convertir en una auténtica pesadilla para las jugadoras del conjunto menorquín, que seguían desconocidas, a excepción, como no, de Sandell. Desde el primer momento se vio que no había opción posible. La inercia empujó al Oxidoc Palma hacia la victoria que se selló con 15-11 final.
La celebración en el Pabellón de Artà fue por todo lo alto y contrastó con la desilusión de las de Ciutadella tras encajar la primera derrota de la temporada. A pesar de ello, se mantienen en lo más alto de la clasificación y en la próxima jornada tratarán de resarcirse ante el Cuesta Piedra.
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