El partido que enfrentó el sábado al Alaior y al Sant Lluís, de categoría juvenil, fue suspendido por el colegiado, Joan Pons, en el tiempo de descuento porque, según denuncia en el acta, el técnico blanquiazul, Pedro Palliser, retiró a su equipo del campo, un extremo que desde Ses Canaletes califican de mentira y ante la que alegarán delante del Comité de Competición.
El duelo, en el que no se jugaban nada, se fue calentando por momentos. El árbitro expulsó a dos jugadores del Sant Lluís y explicó en el acta que uno de ellos le agredió, mientras que el otro se dedicó a insultarle desde la grada. José María Vidal, encargado de la sección de fútbol del CCE admite que "el propio jugador confesó que le había insultado pero no tanto como dice el acta pero lo que no es cierto es que le agrediera, lo iba a hacer pero los propios compañeros lo frenaron".
Vidal, además, niega que 'su' entrenador ordenara a sus jugadores que abandonaran el campo. "Un jugador del Alaior le pegó una patada a uno de los nuestros que cayó al suelo y se hizo una luxación en el hombro, el árbitro no paró el juego y nuestro segundo entrenador viendo la gravedad del asunto entró en el campo a auxiliarlo, Pedro, que estaba en la grada expulsado, también bajó al campo y es cierto que fue su fallo, pero agrupó a los jugadores para calmarlos, no para llevárselos". Otro aspecto que denuncia Vidal es que "el colegiado está obligado a poner los nombres de los dos jugadores que se lesionan en el acta para que el seguro cubra los gastos y en este caso no lo hizo".
El directivo santlluïser asegura que "al colegiado se le fue el partido de las manos y, así como nosotros asumimos nuestras culpas, también él lo debería hacer" y niega "que hubiera una tangana, quizás un pique como ocurre en muchos partidos".
Pau Carbonell, presidente insular de los colegiados, confía en la palabra de su compañero que reflejó todos estos incidentes en el acta. "El partido está suspendido aunque sea en el descuento, el árbitro me dice que faltaban dos minutos para el final y que fue el entrenador el que ordenó a sus jugadores que se marcharan", señala un Carbonell que admite "el colegiado debe inscribir los nombres de los lesionados en el acta si así se lo indica el entrenador o el delegado, si no lo ha hecho, es su error".
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