De Andrea Doria, a Las Vegas

Lo que sería un argumento común en cualquier taberna se volvió especial hace ya casi un año cuando 'Los verdugos' hicieron historia al proclamarse campeones de España. Un título que, además de la copa y el prestigio, les dio un billete para el Mundial que tendrá lugar en Las Vegas, a 9.464 kilómetros de donde todo empezó.

'Los verdugos' partirán el viernes rumbo a la ciudad del juego después de hacer una parada en Barcelona, y pasarán diez días en los que tomarán parte de la cita más importante del panorama mundial de dardos. Los menorquines competirán por equipos en la Master Class, la máxima categoría, en modalidad 501, también en individuales y en criket. Además, Lupón y Fernández competirán en 501 por parejas.

El equipo considera que el viaje a Las Vegas, que está íntegramente pagado por la Federación Española de Dardos y en el que colabora el Ayuntamiento de Maó, pagando el vuelo hasta Barcelona de ida y vuelta, así como la noche de hotel, es el premio aunque son ambiciosos y harán todo lo posible para llevarse algo del bote de 500.000 dólares destinado a todos los premios.

El Mundial se jugará en el hotel Balley's, aunque entre partida y partida la expedición menorquina aprovechará para hacer turismo, conocer los grandes casinos como el Bellagio, escenario habitual de muchas películas, así como una visita en avioneta al Gran Cañón del Colorado, un paseo por un río salvaje.

"Las mujeres, a las que hay que agradecer su comprensión por dejarnos viajar, dejándolas solas con nuestros pequeños, solo nos piden que no nos casemos con nadie y que no nos fiemos de los Elvis casamenteros", bromea el grupo, que en las últimas semanas ha estado entrenando dos horas diarias con vistas a la competición. "Es una pena que no nos puedan acompañar", lamentan.

Lupón, que lleva casi dos años jugando y recientemente se proclamó cuarto mejor jugador de España, Hernández, que lleva desde 2003 y que disputará su segundo Mundial, Gonçalves, que es el Cristiano Ronaldo del equipo porque "se sale en los momentos difíciles", hace dos años que practica los dardos y Fernández, que lleva cuatro años jugando, señalan a los americanos como los principales enemigos ya que juegan en casa y tienen una dedicación más seria, mientras que la rivalidad con la zona europea y asiática, a priori, tiene que ser más asequible.

Pase lo que pase en la competición, la primera victoria para este grupo de amigos de entre 28 y 35 años de Maó es haber llegado donde jamás habrían imaginado. El resto será una bonita historia que contarles a sus hijos, as sus nietas y que ojalá comience tal que así: "Recuerdo aquella vez cuando fuimos campeones del Mundo de dardos en Las Vegas…".