Hoy, el CB Jovent cumple veinte años. La entidad de Alaior, uno de los clubes de baloncesto más importantes de la Isla, se fundó el uno de septiembre de 1990. Han pasado dos décadas desde que un grupo de entusiastas impulsó la fusión de los históricos equipos de la localidad, el CB La Salle y el CB Alayor. En este caso, y vistos los resultados de su iniciativa, se podría decir que, contra lo que dice el famoso tango, veinte años es mucho.
En la asamblea fundacional, el 19 de julio, de los 51 socios de La Salle que asistieron, 44 votaron a favor de la fusión, y 25 de los 31 del Alayor. La unión se realizó contra la voluntad de muchas personas que, llevadas por la gran rivalidad entre ambos clubes, se oponían a compartir una misma camiseta.
Sin embargo, el pragmatismo venció a la enemistad. Como rememoran ahora Nico Sintes y Bernat Pons, secretario y vicesecretario respectivamente de la primera junta gestora de la primera junta gestora, una localidad tan pequeña no se podía permitir semejante división: "Era absurdo, enun pueblo que tenía poco más de 5.000 habitantes", zanja el segundo .
Pero el antagonismo era muy grande e incluso contenía ciertas dosis de división política. Los fundadores se reunían en el piso subterráneo del desaparecido bar Daisy. Allí decidieron que el nuevo club echaría a andar el primero de septiembre. "La fecha no fue casual", remarca Sintes, que continúa en el cargo, "parte del acuerdo consistía en que los clubes llegarían sin ninguna deuda, para lo cual recaudamos dinero por separado en las fiestas de Sant Llorenç".
"La construcción del polideportivo fue otro factor desencadenante", apunta Pons, "ya que teníamos que compartir el mismo espacio". Hasta entonces, las pistas de ambos clubes, provenientes de los dos colegios homónimos, eran casi colindantes.
La operación no tardó en revelarse exitosa. Si, en el momento de la fusión, el club contaba con 272 socios, un año después ya tenía 424. Socialmente, también funcionó. "A mí se me fueron las dudas cuando escuché al padre de una jugadora decir que, gracias al nuevo equipo, su hija tenía cinco amigas nuevas", narra Sintes.
"Algunos decían que el nuevo club no duraría ni un año", prosigue, "pero en poco tiempo algunos rivales irreconciliables parecían amigos de toda la vida". El trabajo conjunto de las personas que hasta entonces se empeñaban en diferentes clubes impulsó al Jovent.
"Gracias a esa unión de fuerzas hemos llegado a LEB plata", valora Pons, que continúa vinculado con el club aunque ya no tiene cargo ejecutivo. "Socialmente salimos ganando, y deportivamente no digamos", dice Sintes, "y que nos quiten lo 'bailao'" añade. En este caso, y pese a la renuncia a la LEB plata para este año, se puede decir que la historia tuvo un final feliz.
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