El catalán Joan Junoy (Barcelona, 1958) es un sabio del baloncesto. Antes de recalar en el Menorca, la temporada pasada, este licenciado en Medicina fue asesor deportivo del Akasvayu Girona durante dos años, dirigió la fructífera cantera del Joventut ("yo fiché a Ricky Rubio", relata, "pero no fue difícil tener ojo con el talento que derrochaba"), fue director técnico y secretario general de la Federación catalana y puso en marcha los tres centros rendimiento para baloncestistas que ha habido en España, en Barcelona, Getxo y Lugo.
En el Menorca Bàsquet, Junoy forma parte de la secretaría técnica y es el encargado de la formación de entrenadores, el 'scouting' (es decir, la búsqueda de jugadores para el club), y los entrenamientos de tecnificación.
Precisamente esas sesiones son las que ocupan ahora a Junoy, junto con Tisi Reynés e Ibon Navarro. Para empezar, una corrección: "No son exactamente sesiones de tecnificación", advierte, "sino entrenamientos de mejora individual en muchos aspectos". La técnica es sólo uno de los aspectos que se trabajan, ya que también se ejercitan el físico, los conceptos tácticos, la mejora mental, la incorporación de hábitos saludables...
Entendido. No sólo es técnica. Pero, en las sesiones que en estos días reciben Miki Servera, los cuatro vinculados al Jovent y varios juniors de diversos clubes de la Isla, ¿en qué se diferencian de un entrenamiento normal de un equipo? "En los equipos la exigencia de la competición es muy alta, en la pretemporada se trabaja mucho el físico y enseguida se trabajar cinco contra cinco, sistemas... Igual que durante la temporada".
Estas sesiones se centran, pues, en que cada jugador asimile los fundamentos básicos del baloncesto para mejorar como baloncestista. Es decir, aprenden individualmente para aportar más al equipo. Para empezar, se realiza una serie de ejercicios sobre un aspecto concreto del juego y el cuerpo técnico se reúne para evaluar el rendimiento de cada jugador y establecer los aspectos a mejorar. Después se trabaja sobre ellos junto con los entrenadores de los equipos, con los que se coordinan los mensajes que hay que hacer llegar a cada jugador.
Este trabajo de perfeccionamiento se prolongará durante todo el año. Por semana, habrá dos sesiones físicas, dos técnicas y se estudia añadir dos sesiones de tiro. También se trabajará con la psicóloga del club y se ofrecerá información sobre dietética y hábitos necesarios para los deportistas de élite. Todos los ejercicios se grabarán para que los jugadores puedan corregir sus errores.
Durante estos días, las sesiones han servido para hacer una evaluación básica de los participantes en las sesiones y para que el staff del equipo de ACB pueda valorar el rendimiento de los jugadores vinculados al Jovent.
Con su discurso didáctico, Junoy explica lo que buscan al trabajar la técnica: "Pulimos el gesto técnico, para que sea más eficiente, y aumentamos la velocidad en la ejecución". También enseñan cómo aplicar los fundamentos del juego. Para entendernos, "un jugador puede saber cómo se hace un pase, pero si le pones a alguien delante se le hace de noche", dice.
En ese caso, revela se le enseña a "buscar el caudal de pase, el momento adecuado, el tipo de pase o a utilizar una serie de fintas, por ejemplo". Ese ejercicio se trabaja en un principio en solitario o ante otro jugador y, después se va introduciendo en situaciones de dos para dos o tres para tres. "Vigilamos que, después, lo pongan en práctica en los entrenamientos con sus equipos, un paso previo a que puedan hacerlo en los partidos", cuenta.
Otro aspecto al que se dedica el catalán es, como se ha apuntado, el 'scouting'. "Para este año debemos crecer en ese aspecto", admite. "Vamos a dotarnos de los medios humanos y técnicos necesarios para buscar jugadores interesantes", se compromete, porque cree que el Menorca debe estar más al tanto de la cantera del baloncesto.
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