Y a estamos en Ciudad del Cabo para ver a España mañana (hoy) ante Portugal. Las entradas y billetes de avión comprados hace meses, confiando desde entonces en quedar primeros del grupo H, nos han servido, al fin, pese al susto de la derrota ante Suiza. Aunque tras lo visto en Pretoria ante Chile, o la selección mejora muchísimo o la cosa no irá nada bien.
El sábado, antes de abandonar Johannesburgo hacia Pretoria, capital administrativa de Sudáfrica, hicimos nuestras últimas visitas a la ciudad, viendo varios mercadillos locales.
Hay demasiado jaleo en esta ciudad para llegar a cualquier sitio, para ver y hacer lo que aquí hemos hecho, teniendo en cuenta las distancias y el poco transporte público para los visitantes.
Luego, tras la llegada a Pretoria nos vimos con nuestros compañeros de viaje "americanos", y ya estuvimos juntos hasta después del partido, incluida la celebración del triunfo.
Antes de nuestro partido estuvimos en el FIFA fans de Pretoria, para ver el partido entre Brasil-Portugal.
El martes siguiente, al día siguiente del último partido jugado en Johannesburgo contra Honduras, nos fuimos a Potchefstroom a ver la ciudad donde está concentrada la Selección española.
Potch, como la llaman aquí, está a 120 kilómetros al suroeste de Johannesburgo. No es una ciudad con muchos alicientes. Muy tranquila y poco africana. Toda su actividad se basa en torno a su universidad. La selección está concentrada alrededor de esta zona, llena de espacios deportivos (campos de fútbol, rugby, hockey hierba, cricket...) y muchos pabellones universitarios en una extensión tremenda.
Tuvimos la suerte que el Martes hubo entrenamiento de sesión abierta de la selección, aunque sólo entrenaron los que no jugaron ante Honduras. A los demás titulares y más solicitados, no se les vio el pelo para pena de los aproximadamente trescientos seguidores que allí estábamos.
La mini grada está pegada al campo de entrenamiento separada por una verja. Fotos y más fotos de todos los jugadores presentes por parte de los aficionados nos contentaron a todos. La mayoría eran sudafricanos blancos y negros.
El miércoles volvimos y tuvimos más suerte al poder pasar el día en la zona exclusiva para la prensa. Nos encontramos casi sin querer ante la rueda de prensa de Marchena e Iniesta. Este último firmó la camiseta para mi hijo. Estaba muy serio.
Más tarde, después de comer, a la hora de los telediarios del mediodía, estábamos detrás de los sets de las televisiones españolas. Allí estaban todos los presentadores de deportes de las diferentes cadenas. Jesús Álvarez y Silvia Barba de la 1, Manu Carreño y Juanma Castaño de Cuatro, J.J. Santos, Raúl Gamonal y Sara Carbonero de Tele 5... Es tremenda la expectación que levanta la presentadora de Tele 5, merecida por supuesto.
Fernando Hierro también estaba por allí quedando para posteriores entrevistas. Todos fueron amabilísimos con nosotros, fotos con todos ellos y también con el míster. Del Bosque estuvo genial con nosotros, a pesar de que no era nuestro sitio, parándose y dejándose fotografiar con nosotros, mientras departía con diferentes periodistas.
Después de ver este auténtico montaje humano y técnico, y comprobar cómo trabajan en esta hora y media que dura más o menos el proceso, nos fuimos a ver un partidillo entre Tele 5 y TVE. Ganaron los primeros 3 a 1. La figura claro, fue Guillermo Amor. Camacho, lesionado, no pudo jugar con los de Tele 5. El entrenador de Osasuna se mostró muy campechano en la banda. Recuerdo su seriedad allí en Ulsan, en Corea cuando era seleccionador.
Fue un día excepcional para nosotros gracias a dos profesionales de la comunicación, Fer y Raúl. Siempre me hacen pasar dos o tres días fantásticos, aunque sea cada cuatro años. Gracias.
En el largo regreso a Johannesburgo, sólo un error en la conducción y mal entendimiento entre piloto y copiloto, que no tuvo consecuencias. Es lo único digno de comentario.
Todavía después de 4.500 kilómetros que llevamos hechos, conducir por la izquierda nos da algún susto, sobre todo en las rotondas.
Ya en el barrio de Sandton en Johannesburgo, que es prácticamente donde nos alojamos todos lo aficionados que nos acercamos para seguir a nuestras selecciones, por su seguridad, contratamos un guía para ir a Soweto, el barrio donde se inició el "apartheid". Más que barrio es casi una ciudad, pues tiene cuatro millones de habitantes de los doce que hay en Johannesburgo. Visitamos el museo del "apartheid", donde cientos de fotos y muchos vídeos explican esa época tan dura para los sudafricanos de color.
Luego visitamos la casa donde vivió Nelson Mandela antes de su huida hacia el norte de África, posterior detención a su regreso y ser condenado a cadena perpetua, donde estuvo 27 años en prisión antes de liderar a esta nación hasta lo que es hoy.
No hace falta decir lo que significa Mandela para los negros aquí en Sudáfrica. Eso sí que es palpable a cada paso que das. En esa calle vivió también Desmond Tutu, y los sudafricanos presumen de que es la única calle del mundo con dos premios Nobel.
Todo lo demás que vimos está ya muy preparado para la visita turística. Los precios, como en todo el recorrido que hemos hecho, preparados para los 'valientes mundialistas' que aquí acudimos, son desorbitados para lo que es normal en cada época. Los propios sudafricanos reconocen que para este evento han subido automáticamente un 50 por ciento. Y es contradictorio, pues el otro día nos explicaban que Sudáfrica recibe 10 millones de turistas al año y, en este mes mundialista, sólo se prevé la visita de medio millón de futboleros. Aun así para nosotros es mucho mas económico que de donde venimos, y una vez acabado el mundial, es fácil imaginar que los precios volverán a ser la mitad de lo que son hoy.
Como siempre un saludo a nuestras familias y amigos.
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