El escenario. El Burgos contará con el apoyo de más de 3.000 personas en el Plantío - el correo

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Pocas palabras bastan. O como recoge el refranero, 'las finales no se juegan, se ganan'. Ese es el objetivo del ViveMenorca esta noche en su visita al Plantío, hogar del Burgos, donde según Paco Olmos la victoria estará a su alcance siempre que "creamos en nuestro mejor baloncesto". Esa es la clave, según el técnico valenciano, que supedita el triunfo a "aumentar nuestro nivel defensivo, adueñarnos del rebote y estar acertados en errores que no se pueden cometer en una final del play off como el número de pérdidas de balones o los porcentajes de tiros libres". A este handicap se le debe sumar las 3.000 personas que coparán las gradas de un pabellón a priori sólo apto para 2.500 voces.

Mejor porque el ViveMenorca ya fue capaz de ganar en un ambiente infernal como el del Ríos Tejera, en La laguna. "La serie va a ser de un desgaste increíble", advirtió ayer Paco Olmos poco antes de partir rumbo a Burgos, que reconoce que "necesitamos a todo el equipo para poder disputar un cara a cara con el Burgos". Ese mensaje va directo a Rash Turner, que tuvo la decisión final de no jugar en el segundo partido disputado en Menorca.

Respecto a la participación del pívot americano, así como la del bravo Urko Otegi en el primer asalto a Burgos, el técnico las califica de "dudas ante las que soy optimista, porque espero que seamos más jugadores, aunque los dos quieren jugar a toda costa". Y es que Paco Olmos tiene "total confianza en el grupo, y más después de verlos entrenar". El técnico optó el lunes por hacer trabajo individual para que cada uno gozara de cierta soledad para pensar en lo que debe hacer sobre el parqué.

El preparador cree que "las dificultades que nos podamos encontrar por el camino deben fomentar nuestra unión, porque nuestro principal objetivo es ser competitivos". A la hora de definir al Burgos, Olmos advierte que "ante su público suelen hacer buenos primeros tiempos" pero no le preocupa al entrenador del ViveMenorca el ambiente que se puedan encontrar porque "sé que hay mucha expectación en Burgos pero el público no mete canastas, debemos centrarnos en nosotros mismos, ser fieles a nuestro juego y, sobre todo, creer en nuestro baloncesto, que es clave para poder ganar".

En caso de victoria, Olmos no cree que todo esté hecho. "No nos contentamos con ganar un sólo partido para recuperar el factor cancha, queremos ganar el tercero y ahora hemos focalizado todo nuestro trabajo y esfuerzo en ello.
Olmos cree que "tenemos un equipo con experiencia que sabrá sobrellevar la situación, si no lo creemos así, no tiene sentido todo lo que estamos haciendo".

Burgos le prepara al Menorca una visita dura e inolvidable

Cierto aroma familiar. En Burgos se respira una esencia que se disfrutó no hace tanto por las calles de Maó: ACB. Un hilo efervescente con matices históricos que envuelve a todos los habitantes para hacerles remar hacia una única dirección. Lamentablemente esa dirección en la que reman no cuadra con el cuaderno de bitácora de Paco Olmos y su tropa. Esta noche más de 3.000 valientes vociferarán hasta límites insospechados para ser uno más del equipo y dar un paso juntos hacia ese sueño que es ACB.

El CB Atapuerca, Autocid Ford Burgos sin maquillaje, tiene ante sí la posibilidad de enlazar una trayectoria de ensueño, similar a la del Menorca Básquet. Cuatro años atrás campeaba por LEB-2 y ahora, dos temporadas después de colgar en el alambre y tras la llegada de Andreu Casadevall, están a las puertas de la mejor liga de Europa.

10 años del ascenso
Precisamente Casadevall cumple hoy una década del segundo de sus ascensos a ACB, el que logró en el quinto partido en Alicante cuando se impuso al Lleida.

La gente de Burgos, algo decepcionada esta temporada con otros proyectos deportivos, ahora va a muerte con el baloncesto. Sobre todo, a raíz de la victoria del Burgos ante el Cáceres, ya que el objetivo inicial con el que se hizo el equipo era el de competir hasta la primera ronda de play off, siendo muy optimistas.

Quizás esa falta de presión sea un punto de ventaja para los burgaleses, que ahora mismo no tienen nada que perder y muchísimo que ganar. Además la dinámica positiva en la que vienen ha propiciado que los diez hombres de su equipo sean capaces de aportar en todos los aspectos.